×

Advertencia

Uso de cookies - Unión Europea

En esta web usamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia de navegación, y ofrecer contenidos y publicidad de interés.

Ver la Directiva sobre la privacidad y las comunicaciones electrónicas

El uso de cookies ha sido rechazado.
Imprimir
Categoría: La voz silenciada
Visto: 4147
Bien es sabido que el Dragonal era un pueblo donde había mucha agua, barranco abajo y a su vera nacieron los molinos de agua,que dieron origen a la industria de la época y de ahí mi primera historia, Los Molinos de Agua, movidos por la fuerza natural que ejercía la presión de agua almacenada en el cubo, y en la represa que hacía el llenado del acueducto y que al soltarse movía las poleas que hacían girar las piedras y que daba para moler un buen rato. Y éste, del que les comento, tenia muchas horas de agua almacenada

Casualidad de la Vida, uno de esos molinos era propiedad de mis abuelos (José González Alonso) y mi madre la mayor de 16 hermanos (no todos vivían). Era parte fundamental del trabajo de tostar, moler, y vender el gofio que era la gran demanda alimenticia de la época.

Image
El acueducto del molino
Mis recuerdos son pocos, pero nítidos, pero mi madre que a la edad de 95 años aún recuerda algunas cosas, en sus relatos del pasado y que almacena mi memoria ya que ella nos los contaba como si los estuviera viviendo y que hoy su deteriorado estado físico y mental ya no permiten mucho más.

Al Molino llegaban gentes tanto de los barrios cercanos, como de los mas alejados, de la Ciudad, de Los Barrancos, Marzagan, Tafira, Guanarteme, El Toscón, Lomo Apolinario y un largo etc etc... en las llamadas bestias (mulas, burros etc) traían, el maíz, lo tostaban y algunos esperaban para regresar a ultimas horas de la tarde con el fin de llevarse el gofio que desde las lejanías se percibía su olor.

Muchas veces se hacían largas colas para recoger aunque fuera un par de kilos de gofio para luego recorrer grandes distancia para dar de comer a sus hijos a la llegada a casa, recuerdo que mi abuela decía que solían contar las gentes que esperaban que saliera el gofio para dejar a todos un poco porque no podía dejar que nadie se fueran desconsolado y sin nada que llevar, por lo menos para pasar la noche.

Image
El Dragonal sin el Jardín Canario

El acueducto, dejó su misión de llevar las aguas que movían las pesadas piedras que molian el gofio, que mitigó y mató muchas necesidades de nuestro Municipio en tiempos pasados para observar, cuidar el nacimiento del Jardín Canario, al que le embellece y da prestigio su majestuosa arquitectura... de tiempos pasados.

Image
El acueducto a sombra del Jardín Canario

Esta es una primera historia que he tratado de resumir para no hacerla pesada ni personalizar mis vivencias, porque no está en mi mente ese paso.

Espero y deseo que sirva para conocer algo mas de nuestro Municipio.

Jose Juan ALONSO

Image
El Dragonal, finales de los 60

Image
El Dragonal, barranco de agua

Image
El acueducto y el barranco de agua

Image
La Palma y Siete Puertas

Image
El Guiniguada