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Hoy tomo la palabra como parte de la historia de este espacio vital lleno de montañas, hoyas, mesetas, barrancos que a través de los tiempos han ido poblando este territorio tan definido y tan cambiante en términos de límites y espacios y, culturas.

Desde de que la historia nos deja en legados y escrituras siempre fue poblado por individuos de paz y de acogida. Partiendo desde una población originaria incardinada con la isla en estructura de Cantones abarcando desde el Istmo de la Isleta playa de Tamaraceite - Guanarteme, Tenoya oteando los saltos de lugarejo hasta el Guiniguada. Su habitad gozaba de un calido clima lleno de barrancos y arroyos dando un frondosidad y desarrollo agrícola, así como de frutos las palmera de donde esencialmente marca su reconocimiento de topónimo, Atamarasayte.

Llegado el tiempo de la conquista de la Isla tras la resistencia, y la misma por parte de los residentes nativos, van remontando en el cerro de la historia como espacio de paso e intercambios, zonas de descansos y un gran mercado de carácter socio — económico dada la importancia de su en clave de la vertiente centro — noroeste de la misma.

Es un tiempo largo en el que asienta la nueva etapa con la consolidación de la nueva convivencia entre lo nativo y los nuevos pobladores, estos con un poder y estrategias definieron el territorio afincándose y apropiándose de las zonas más productivas y explotando a través de la imposición al calor de la clase dominante de esos tiempos que se sucedieron. Siendo estos pocos proclives a la defensa del territorio y por ello permitiendo el saqueo de la elite del Municipio de Las Palmas, hechos que concurrieron por proximidad de familias y por la falta de identidad, que nunca entendieron vital para no permitir la perdida de espacios propios dentro del Municipio Atamarasayte... Es a partir de esa falta de exigencia de los gobernantes, unido a la escasa capacidad de otros en la defensa de la legitimidad administrativa cuya concurrencia dieron la variable que ha ido construyendo un abandono del sentido identitario de pueblo, sin dejar de analizar que el desarrollo tanto agrícola como económico seguía desarrollándose como simple sustento vivencial, dejando ir entre las manos su capacidad de defender sus limites, territoriales y políticos, aunque su desarrollo antropológico ha sido de una convivencia pacifica y armonizada desde la cultura pegada a la tierra con una población encogida por el sentimiento lastimoso de la paz a veces a cambio del atropello de interés impuro de algunos gobernantes y acida cicatería del Municipio de Las Palmas.

En referencia al siglo xx, ese que tan cerca tenemos se ha vivido más traumático y atormentado con un fuerte apoderamiento con cierta contemplación de la clase mal llamada culta de nuestro Municipio que en connivencia el los albores de la dictadura estrecharon los lasos con influyentes del municipio bajo y de dimensiones espacialmente menos que el nuestro y con una ciudadanía con mayores conocimiento y relaciones de interés político que en el ardor del deseo de ser importantes secuestraron el ser de los ciudadanos de Atamarasayte con desenlace cuyo motín fue total, acabando con vidas dispuesta a perder por defender el territorio cuyas vivencias fueron ricas de entendimiento entre los suyos, una vez más la historia nos muestra como los pueblos sucumben ante el poder sin valores y sin escrúpulos siempre guiados por intereses externos con la ignorancia de unos pocos que contribuyen a la perdida de los derechos de todo un pueblo.

Hoy seguimos, manteniendo ese compromiso el cual nos da las efemérides de las fiestas principales de San Antonio Abad, hombre de su tiempo dejo marcada su capacidad de amar sin límite al hombre. San Antonio Abad, construyó en su tiempo entre nosotros una senda guiada por Jesús de Nazaret un signo de amor y libertad. Su persona fue através de nuestros caminos una guía de esperanza amante de la pobreza entendida del amor que no es otra cosa que la libertad y el crecimiento de lo humano entre la naturaleza del ser y el compartir el ecosistema con el ambiente del entorno. Hoy cuando aún con otros términos seguimos con lo ojos tapado sin reconocer la labor de nuestros hombres universales y sencillos que desde tan largo tiempo están dándonos la lecciones de respeto y humildad cristiana que no es otra que servir y contribuir a la mayor riqueza que el hombre puede aspirar. Y es, la convivencia de nuestro planeta y la humanidad desmitificando con sus actos que el hombre y su espiritualidad es una perfecta sincronía más haya de los tiempos por ello San Antonio Abad está, aún, se encuentra entre nosotros para que busquemos formas de ser más respetuosos con los nuestros y como no con nuestro yo del cual depende muchos que están por llegar seamos artífices de la libertad desde el respeto que la sabiduría y el amor de San Antonio Abad, este dos mil once nos invita a conseguir con convivencia y cercanía.

Debemos estar con oídos abiertos y manos dispuestas para servir a nuevas personas a compartir desde la vigorosidad y serenidad que este pueblo siempre resurge y esta presente que es el Pueblo de Atamarasayte.

Quiero dejar la Historia para céntrame en tantos momentos compartidos con aquellos que nos dejaron el legado con los talentos que cada uno tiene para que sus deseos y ansia de nuestra gente nos hagan llegar a la notoriedad de seguir entre nosotros, por ellos por las personas que me dieron el honor de ser el pregonero del 2011 disfrutemos de los más preciado con alegría y paz las fiestas en honor de San Antonio Abad.

PACO MARTIN

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