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Amigo Juan Francisco, hoy he entrado por primera vez a la página y he visto la labor divulgativa  y documental que estas realizando junto con much@s compañer@s. Decirte que me alegra enormemente encontrarme con esa breve misiva donde haces alusión a nuestro encuentro en el supermercado, decirte tambien que aunque han pasado muchos años desde que fui tu alumno ha quedado dentro de mí un sentimiento de lucha, de solidaridad y de compromiso que muy sutilmente nos transmitiste hace tanto tiempo con tus enseñanzas. Atrás queda aquella musaraña que trajiste a clase, conservada en formol, y aquellas alusiones a nuestra tierra canaria a nuestras costumbres y a nuestra idiosincracia que teníamos que respetar e intentar comprender, impresionó en aquel entonces  porque además de formarnos en lo que decían los libros, te preocupaste de que nuestra identidad y la búsqueda de la verdad la tuviésemos siempre presente, fuiste de los pocos que se mojó; hoy, 16 años después te doy las gracias y espero seguir en la línea del respeto y el sentido común.

Un abrazo de Javier Cárdenes

En el escrito que acabas de leer se hace mención a un texto, que está colgado en este mismo blog, que se titula “Yo me quiero sumar a la Asociación”. Se trata de un artículo que hace alusión a un encuentro con un ex alumno en un supermercado, con Javier Cárdenes, que me preguntó por el tema del Municipio de San Lorenzo y también se hace alusión a su página web.

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Nosotros, los docentes, tenemos un pago que supera cualquier cantidad económica y esa es la suerte de que nuestras alumnas y alumnos se queden con aquello que, humildemente, les intentamos transmitir, con un legado que nos pertenece por momentos y luego se transforma en colectivo e inolvidable. En ocasiones te encuentras con compañeros y compañeras de profesión que creen que lo que transmitimos a nuestro alumnado va a ir a un saco roto, que no nos atienden y que lo que estamos diciendo apenas tiene importancia para los jóvenes que creemos que no nos escuchan pero, como veremos a lo largo del presente escrito, hay alumnos y alumnas que son como esponjas y que no olvidan, a pesar del paso del tiempo, lo poco que le hayamos intentado transmitir y nos encontramos con sorpresas tan gratas que nos emocionan y nos llenan de fuerza para seguir luchando en pro de que las nuevas generaciones sigan formándose, en la sensibilidad y en el respeto hacía todos los seres humanos y hacia el entorno en el que nos ha tocado vivir.

Esta tarde Javier Cárdenes me ha dado una sorpresa y me ha emocionado recordándome con su atento escrito un tiempo pasado, unas vivencias que compartimos ya hace unos años, que a él le marcaron pero que, no le quepa la menor duda, también a mí me marcaron. He tenido la suerte de encontrar muchos alumnos y alumnas que se interesaron por la historia, por la geografía y por la naturaleza y ese es uno de los grandes premios que tiene un docente, que no cae en el olvido y está en el recuerdo de sus alumnos a pesar de la distancia y el tiempo transcurrido. Gracias Javier por hacerme revivir aquellos momentos y por tu atención, pues a pesar de pasar tantos años, creo que algunos más de los que dices, has mantenido aquellos recuerdos que me parece como si estuviera ahora explicándote las experiencias vividas con los alumnos del Colegio Martín Cobos de Firgas, cuando redescubrimos aquel animalito, ¡una musaraña!, para la isla de Gran Canaria, que luego otros han querido que aquellas experiencias en la naturaleza se ubicaran en otro lugar y con otras personas que no hacían relación a la verdad. Esas musarañas a las que hace Javier alusión todavía, aún hoy, siguen en mi biblioteca, al lado de mis libros, en aquellos botes de cristal, como tú bien recuerdas, y fueron el fruto de un trabajo de investigación de campo. Expliqué en clase que pudiera encontrarse en la zona un animal que se creía extinguido y a través de aquella explicación Nico y su familia hacían mención a unas “ratas pequeñitas que se desplazaban a saltitos”. La primera musaraña que apareció en clase fue la traída por Nico, un alumno y amigo en aquel entonces y amigo hoy en día, que con su atención, al igual que la tú tuviste, posibilitó aquel fantástico hallazgo, y que yo pudiera transmitir aquella experiencia unos años después en tu centro, el Colegio Andalucía, en el Zardo ( aunque debiera denominarse Sardo).

Todo  viene por esa satisfacción y ese, si me permites, orgullo de haber podido compartir mis modestas experiencias con personas como tú. Esas que están atentas a nuestro discurso, a veces aburrido e inadecuado y es por ello que desinteresado y otras en que acertamos a transmitir de forma que se nos escuche y se hagan colectivas nuestras aportaciones. Gracias Javier por ese regalo tan maravilloso que me has dado y estoy encantado por tu decisión de entrar a formar parte de este ilusionante proyecto que es la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y del Municipio de San Lorenzo.

Un fortísimo abrazo.

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