Este artículo nace de la sincera inquietud de ciudadanos de a pie por el patrimonio histórico de nuestra isla; aquí se ha puesto como ejemplo a la Ermita de Tenoya, pero no será una gran revelación para el lector, el decir que hay muchos más ejemplos de desidia, por nuestra parte y por parte de los organismos competentes sobre el particular. Obviamente, a través de este artículo también queremos manifestar nuestro deseo de que nuestra ermita sea restaurada y protegida mediante la denominación de patrimonio histórico. Sin embargo, nuestros proyectos no se quedan aquí sino que van más allá. Queremos una ermita restaurada, pero en absoluto cerrada al público, nuestro pensamiento sería que se realizaran en ella oficios religiosos durante el año, se abriera a la visita de los turistas que vengan a visitarla, estando en perfectas condiciones y se informe de su historia e importancia patrimonial.
Si quieres leer más sobre este artículo enviado por Domingo M. Guerra Hernández y por Jennifer Guerra Hernández, Licenciada en Historia, U.L.P.G.C, pulsa aquí.
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