En el estudio de la religiosidad de un pueblo no nos podemos olvidar de la importancia, que a nivel popular, tienen las imágenes de sus santos más representativos, pues son, en muchas ocasiones, las imágenes y objetos de culto los que realmente impulsan el sentimiento religioso de la comunidad.
En la jurisdicción de San Lorenzo hay que destacar la fuerza de convocatoria que tienen tres imágenes, en concreto son: San Lorenzo, Nuestra Señora del Buen Suceso y Nuestra Señora de la Encarnación de Tenoya.
Es lógico comenzar con el Patrono de la Parroquia, pues ya desde el año 1638, con ocasión de la escritura de dotación de la Ermita, nos decían los vecinos que “...habían elegido a suerte como Patrono a San Lorenzo”.[1]
La ermita se bendijo en el año 1645 con una imagen de San Lorenzo, de pequeño tamaño, señal inequívoca que la imagen grande del Santo aún no había llegado al Lugarejo. Posiblemente llegara por aquellos primeros momentos, pero lo que sí es seguro es que hacia el año 1662 ya se encontraba en la Ermita.[2]
Ni en los Libros de Fábrica ni en ningún otro documento aparece reseña alguna mencionando el cambio de dicha imagen por otra, pero lo que si se puede afirmar es que fue restaurada en el año 1835, como ya veremos más adelante.
Desde hace bastantes años muchos interesados en el tema se han preguntado sobre el autor y el momento en que fue hecha la Imagen, al respecto ya en el año 1934 el presbítero Pedro Hernández escribía en el diario Hoy sobre el tema, encabezando su escrito con esta pregunta: ¿Es de Luján la imagen de San Lorenzo?
Después de exponer sus opiniones en el referido artículo lo concluye afirmando, “...que evidentemente no es del célebre imaginero Luján Pérez”.[3]
Entre los años 1768 y 1769, según consta en las cuentas de Fábrica, se recogieron treinta reales para la ayuda de composición del Santo, y además se pagaron "...dos de plata a los dos peones que llevaron las andas para traer el Santo de la Ciudad”.[4]
La palabra composición también aparece en la reparación o restauración que se le hace a la Imagen en el año 1835, con lo que posiblemente fuera también en aquella ocasión otra obra de restauración.
Yo me inclino por la teoría de que la imagen actual de San Lorenzo es la que ya se encontraba en la Ermita en el año 1662, por lo que se descarta que esta Imagen fuera hecha en las Islas, debido a que en el siglo XVII la producción escultórica fue escasa y además de poca calidad, todo lo contrario a la imagen de San Lorenzo.
En cambio hubo un intenso tráfico con Canarias desde Andalucia, Flandes, Portugal y Génova entre otros, lo que nos hace pensar que la talla de San Lorenzo pudiera pertenecer a las escuelas sevillana o flamenca.[5]
Existe la otra posibilidad, es decir, que la Imagen fuera hecha entre las fechas mencionadas de 1768 y 1769, en este caso vamos a estudiar las posibilidades de los escultores que trabajaban en la Isla por aquellos años. Luján Pérez, el más grande de los imagineros canarios, queda descartado pues nació el día 9 de mayo de 1756, por lo que el artista tendría en aquellas fechas doce o trece años; de la misma manera también queda descartado su alumno y seguidor Fernando Estévez de Sacramento, al haber nacido en el año 1788, y sus otros discípulos por la misma causa.
Dentro de los descartes también entra el escultor Marcelo Gómez Carmona, nacido en la isla de La Palma e instalado en Gran Canaria por aquellos años, pues si bien nació en el año 1725, en el año 1758 embarcó para Caracas para ocupar el cargo de Condestable, estudiando allí cirugía y ejerciendo su profesión.
No hay que olvidar la posibilidad de que a lo largo del siglo XVIII llegan desde Génova un amplio número de imágenes esculpidas sobre madera, con características muy semejantes a la imaginería andaluza.[7]
Sólo nos quedan tres opciones: o es una obra de importación genovesa, o fue restaurada la antigua Imagen o bien se le puede atribuir al escultor Diego Nicolás Eduardo, nacido en el año 1733 y muerto en 1798.[8]
Las tres son opciones válidas, pero hay un dato muy interesante a tener en cuenta, cual es que el escultor Diego Nicolás Eduardo hacía los dictámenes académicos de la Escuela de Dibujo que había instituido el deán D. Gerónimo de Roo, personaje muy ligado al pueblo de San Lorenzo.[9]
Don Gerónimo de Roo era deán y canónigo de la Catedral de Las Palmas y fundó en San Lorenzo, entre otras cosas, un pósito para aliviar a su pobre vecindario, así como también instauró una Escuela de primeras letras en el año 1801.[10]
No sólo eso, sino que poseía en San Lorenzo una finca, cuyo lugar fue conocido con su apellido Roo, y también construyó unas casas que destinó para vivienda de los curas de la Parroquia.[11]
Debido a todas esas relaciones con San Lorenzo no sería de extrañar que también encargara, por los años 1768 o 1769 a su amigo Diego Nicolás Eduardo, una imagen del Patrón de San Lorenzo.
En detrimento de esta última hipótesis está el hecho de que en sesenta y seis años la escultura presentara desperfectos, que llevaron a su restauración en el año 1835, pues me parecen pocos años como para que la Imagen esté tan deteriorada, pero evidentemente no podemos descartarlo.
Es en el último año citado, siendo Mayordomo de Fábrica el cura D. Sebastián de Troya, cuando un discípulo directo de Luján Pérez recibió el encargo de la composición del Santo, no siendo el primer trabajo que hacía para la Parroquia de San Lorenzo, ya que con fecha de 23 de junio del año 1834 compuso dos faroletas de vidrio.[12]
Para llevar a cabo la composición en cuestión el Santo fue llevado a Las Palmas, pagándose al maestro carpintero Juan Negrín la cantidad de dos pesos, cinco reales de plata y cinco cuartos por hacer una urna en la que poder trasladar a San Lorenzo. Además se nos decía que se pagaron al escultor Manuel Hernández la cantidad de diez pesos “...por la composición de la efigie del Santo”.[13]
De nuevo se pagaron cuarenta reales de vellón al citado Juan Negrín por hacer otra urna para la conducción de la Imagen al pueblo de San Lorenzo el día 5 de agosto de 1835.
Esta noticia puede llevarnos a pensar que fue hecha en dicha fecha por el mencionado escultor, pero las dudas se disipan cuando en un recibo firmado por Manuel Hernández se nos dan detalles de su trabajo, aclara que con fecha 6 de agosto de 1835 recibió diez pesos del cura Sebastián de Troya por la composición de la imagen de San Lorenzo, “... como fue: ponerle un ojo de cristal, barnizar rostro y manos”.[14]
Este escultor, nacido en el año 1802, era conocido con el apodo de "Morenito” y era uno de los discípulos preferidos del maestro Luján Pérez, destacando entre sus obras la imagen de la Dolorosa de Santa Cruz de La Palma[15], también se le atribuye el San Juan Evangelista de la Iglesia de Santo Domingo, en la misma isla de La Palma, así como concluir varias obras de su maestro, a la muerte de éste, como fueron la Virgen del Carmen de la Parroquia de San Francisco y la de Las Angustias que realizó para el Cabildo Catedralicio, ambas se pueden apreciar en Las Palmas.[16]
Manuel Hernández acostumbraba, en el taller de su maestro, darle los últimos toques a las obras que hacía Luján, es decir, una vez que el maestro había hecho el grueso de la obra, como era el esculpirla, su discípulo se encargaba en darle los últimos toques, ya que Luján generalmente se encargaba sólo de la cara y de las manos.[17]
Con el paso de los años la imagen de San Lorenzo siguió siendo restaurada, haciéndolo en varias ocasiones, en el último cuarto del siglo XX, el artista plástico y vecino de Tamaraceite, D. Antonio Abad Arencibia Villegas. Según he podido observar en diversas fotografías de la Imagen de San Lorenzo, a lo largo de los últimos años, las facciones de la cara del Santo experimentaron ligeras variaciones, debido a las restauraciones llevadas a cabo.
*Este trabajo, con ligeras variaciones, se puede leer en el libro “Historia del Municipio San Lorenzo de Tamaraceite: Recuperando la Memoria Histórica”, del mismo autor.
[1] A.P.S.L. Documentos varios de San Lorenzo. f. 33r.
[2] Ibídem. Libro de Fábrica. Nº 1, fs. 6v-7r.
[3] Hoy. Diario de Información. p. 5, Las Palmas de G. C. 9/8/1934.
[4] A.P.S.L. Libro de Fábrica. Nº 1, f. 106v.
[5] GALANTE GÓMEZ, F. J.: “ Arte Gótico” en Historia del Arte en Canarias. Las Palmas de G. C. 1982, p. 65.
[6] D. Eusebio García Delgado, párroco de San Lorenzo en los años en que se trabajó a fondo el aspecto parroquial de mi Tesis Doctoral, fue una persona llena de sensibilidad hacia la labor llevada a cabo y gracias a su apoyo y consideración pude trabajar cientos de horas entre la rica y variada documentación, así como con objetos diversos, muchos de ellos auténticas joyas artísticas, que posee la Parroquoa de San Lorenzo. Nunca puso impedimento al trabajo y sí todo lo contrario, facilitando los espacios y el horario, en multitud de ocasiones se comenzaba por la mañana y se terminaba por la noche.
[7] FUENTES PÉREZ, G.: “Escultura 1750 - 1800” en Historia del Arte en Canarias, Las Palmas de G. C. 1982, p. 145.
[8] Ibídem. pp. 143-144.
[9] Ibídem. p. 144.
[10] A.H.P.L.P. Andrés Cabrera de León. Nº 1.894, s. f. 30/8/1801.
[11] HERNÁNDEZ, P.: Notas históricas de la Parroquia de San Lorenzo. Inédito, p. 16.
[12] A.D.L.P. Parroquiales de San Lorenzo. S. XIX. s.f.
[13] Ibídem. Cuentas de Fábrica de San Lorenzo(1830 - 1840). s.f.
[14] A.D.L.P. Parroquiales de San Lorenzo. S. XIX. s.f.
[15] HERNÁNDEZ PERERA, J.: Orfebrería de Canarias. Madrid 1955, p. 441.
[16] CALERO RUIZ, C. y QUESADA ACOSTA, A. M.: La escultura hasta 1900. Santa Cruz de Tenerife. 1990, p. 104.
[17] GONZÁLEZ SOSA, P.: El imaginero José Luján Pérez.. Las Palmas de G.C. 1990, p. 146.
En la jurisdicción de San Lorenzo hay que destacar la fuerza de convocatoria que tienen tres imágenes, en concreto son: San Lorenzo, Nuestra Señora del Buen Suceso y Nuestra Señora de la Encarnación de Tenoya.
Es lógico comenzar con el Patrono de la Parroquia, pues ya desde el año 1638, con ocasión de la escritura de dotación de la Ermita, nos decían los vecinos que “...habían elegido a suerte como Patrono a San Lorenzo”.[1]
La ermita se bendijo en el año 1645 con una imagen de San Lorenzo, de pequeño tamaño, señal inequívoca que la imagen grande del Santo aún no había llegado al Lugarejo. Posiblemente llegara por aquellos primeros momentos, pero lo que sí es seguro es que hacia el año 1662 ya se encontraba en la Ermita.[2]
Ni en los Libros de Fábrica ni en ningún otro documento aparece reseña alguna mencionando el cambio de dicha imagen por otra, pero lo que si se puede afirmar es que fue restaurada en el año 1835, como ya veremos más adelante.
Desde hace bastantes años muchos interesados en el tema se han preguntado sobre el autor y el momento en que fue hecha la Imagen, al respecto ya en el año 1934 el presbítero Pedro Hernández escribía en el diario Hoy sobre el tema, encabezando su escrito con esta pregunta: ¿Es de Luján la imagen de San Lorenzo?
Después de exponer sus opiniones en el referido artículo lo concluye afirmando, “...que evidentemente no es del célebre imaginero Luján Pérez”.[3]
Entre los años 1768 y 1769, según consta en las cuentas de Fábrica, se recogieron treinta reales para la ayuda de composición del Santo, y además se pagaron "...dos de plata a los dos peones que llevaron las andas para traer el Santo de la Ciudad”.[4]
La palabra composición también aparece en la reparación o restauración que se le hace a la Imagen en el año 1835, con lo que posiblemente fuera también en aquella ocasión otra obra de restauración.
Yo me inclino por la teoría de que la imagen actual de San Lorenzo es la que ya se encontraba en la Ermita en el año 1662, por lo que se descarta que esta Imagen fuera hecha en las Islas, debido a que en el siglo XVII la producción escultórica fue escasa y además de poca calidad, todo lo contrario a la imagen de San Lorenzo.
En cambio hubo un intenso tráfico con Canarias desde Andalucia, Flandes, Portugal y Génova entre otros, lo que nos hace pensar que la talla de San Lorenzo pudiera pertenecer a las escuelas sevillana o flamenca.[5]
Existe la otra posibilidad, es decir, que la Imagen fuera hecha entre las fechas mencionadas de 1768 y 1769, en este caso vamos a estudiar las posibilidades de los escultores que trabajaban en la Isla por aquellos años. Luján Pérez, el más grande de los imagineros canarios, queda descartado pues nació el día 9 de mayo de 1756, por lo que el artista tendría en aquellas fechas doce o trece años; de la misma manera también queda descartado su alumno y seguidor Fernando Estévez de Sacramento, al haber nacido en el año 1788, y sus otros discípulos por la misma causa.
Dentro de los descartes también entra el escultor Marcelo Gómez Carmona, nacido en la isla de La Palma e instalado en Gran Canaria por aquellos años, pues si bien nació en el año 1725, en el año 1758 embarcó para Caracas para ocupar el cargo de Condestable, estudiando allí cirugía y ejerciendo su profesión.
Imagen de San Lorenzo. Lámina cedida por el párroco D. Eusebio García Delgado[6].
No hay que olvidar la posibilidad de que a lo largo del siglo XVIII llegan desde Génova un amplio número de imágenes esculpidas sobre madera, con características muy semejantes a la imaginería andaluza.[7]
Sólo nos quedan tres opciones: o es una obra de importación genovesa, o fue restaurada la antigua Imagen o bien se le puede atribuir al escultor Diego Nicolás Eduardo, nacido en el año 1733 y muerto en 1798.[8]
Las tres son opciones válidas, pero hay un dato muy interesante a tener en cuenta, cual es que el escultor Diego Nicolás Eduardo hacía los dictámenes académicos de la Escuela de Dibujo que había instituido el deán D. Gerónimo de Roo, personaje muy ligado al pueblo de San Lorenzo.[9]
Don Gerónimo de Roo era deán y canónigo de la Catedral de Las Palmas y fundó en San Lorenzo, entre otras cosas, un pósito para aliviar a su pobre vecindario, así como también instauró una Escuela de primeras letras en el año 1801.[10]
No sólo eso, sino que poseía en San Lorenzo una finca, cuyo lugar fue conocido con su apellido Roo, y también construyó unas casas que destinó para vivienda de los curas de la Parroquia.[11]
Debido a todas esas relaciones con San Lorenzo no sería de extrañar que también encargara, por los años 1768 o 1769 a su amigo Diego Nicolás Eduardo, una imagen del Patrón de San Lorenzo.
En detrimento de esta última hipótesis está el hecho de que en sesenta y seis años la escultura presentara desperfectos, que llevaron a su restauración en el año 1835, pues me parecen pocos años como para que la Imagen esté tan deteriorada, pero evidentemente no podemos descartarlo.
Es en el último año citado, siendo Mayordomo de Fábrica el cura D. Sebastián de Troya, cuando un discípulo directo de Luján Pérez recibió el encargo de la composición del Santo, no siendo el primer trabajo que hacía para la Parroquia de San Lorenzo, ya que con fecha de 23 de junio del año 1834 compuso dos faroletas de vidrio.[12]
Nota que verifica el pago al escultor Manuel Hernández, en el año 1835, por la composición de San Lorenzo.
Para llevar a cabo la composición en cuestión el Santo fue llevado a Las Palmas, pagándose al maestro carpintero Juan Negrín la cantidad de dos pesos, cinco reales de plata y cinco cuartos por hacer una urna en la que poder trasladar a San Lorenzo. Además se nos decía que se pagaron al escultor Manuel Hernández la cantidad de diez pesos “...por la composición de la efigie del Santo”.[13]
De nuevo se pagaron cuarenta reales de vellón al citado Juan Negrín por hacer otra urna para la conducción de la Imagen al pueblo de San Lorenzo el día 5 de agosto de 1835.
Esta noticia puede llevarnos a pensar que fue hecha en dicha fecha por el mencionado escultor, pero las dudas se disipan cuando en un recibo firmado por Manuel Hernández se nos dan detalles de su trabajo, aclara que con fecha 6 de agosto de 1835 recibió diez pesos del cura Sebastián de Troya por la composición de la imagen de San Lorenzo, “... como fue: ponerle un ojo de cristal, barnizar rostro y manos”.[14]
Este escultor, nacido en el año 1802, era conocido con el apodo de "Morenito” y era uno de los discípulos preferidos del maestro Luján Pérez, destacando entre sus obras la imagen de la Dolorosa de Santa Cruz de La Palma[15], también se le atribuye el San Juan Evangelista de la Iglesia de Santo Domingo, en la misma isla de La Palma, así como concluir varias obras de su maestro, a la muerte de éste, como fueron la Virgen del Carmen de la Parroquia de San Francisco y la de Las Angustias que realizó para el Cabildo Catedralicio, ambas se pueden apreciar en Las Palmas.[16]
Manuel Hernández acostumbraba, en el taller de su maestro, darle los últimos toques a las obras que hacía Luján, es decir, una vez que el maestro había hecho el grueso de la obra, como era el esculpirla, su discípulo se encargaba en darle los últimos toques, ya que Luján generalmente se encargaba sólo de la cara y de las manos.[17]
Con el paso de los años la imagen de San Lorenzo siguió siendo restaurada, haciéndolo en varias ocasiones, en el último cuarto del siglo XX, el artista plástico y vecino de Tamaraceite, D. Antonio Abad Arencibia Villegas. Según he podido observar en diversas fotografías de la Imagen de San Lorenzo, a lo largo de los últimos años, las facciones de la cara del Santo experimentaron ligeras variaciones, debido a las restauraciones llevadas a cabo.
Juan Francisco Santana Domínguez
Doctor en Historia
Doctor en Historia
*Este trabajo, con ligeras variaciones, se puede leer en el libro “Historia del Municipio San Lorenzo de Tamaraceite: Recuperando la Memoria Histórica”, del mismo autor.
[1] A.P.S.L. Documentos varios de San Lorenzo. f. 33r.
[2] Ibídem. Libro de Fábrica. Nº 1, fs. 6v-7r.
[3] Hoy. Diario de Información. p. 5, Las Palmas de G. C. 9/8/1934.
[4] A.P.S.L. Libro de Fábrica. Nº 1, f. 106v.
[5] GALANTE GÓMEZ, F. J.: “ Arte Gótico” en Historia del Arte en Canarias. Las Palmas de G. C. 1982, p. 65.
[6] D. Eusebio García Delgado, párroco de San Lorenzo en los años en que se trabajó a fondo el aspecto parroquial de mi Tesis Doctoral, fue una persona llena de sensibilidad hacia la labor llevada a cabo y gracias a su apoyo y consideración pude trabajar cientos de horas entre la rica y variada documentación, así como con objetos diversos, muchos de ellos auténticas joyas artísticas, que posee la Parroquoa de San Lorenzo. Nunca puso impedimento al trabajo y sí todo lo contrario, facilitando los espacios y el horario, en multitud de ocasiones se comenzaba por la mañana y se terminaba por la noche.
[7] FUENTES PÉREZ, G.: “Escultura 1750 - 1800” en Historia del Arte en Canarias, Las Palmas de G. C. 1982, p. 145.
[8] Ibídem. pp. 143-144.
[9] Ibídem. p. 144.
[10] A.H.P.L.P. Andrés Cabrera de León. Nº 1.894, s. f. 30/8/1801.
[11] HERNÁNDEZ, P.: Notas históricas de la Parroquia de San Lorenzo. Inédito, p. 16.
[12] A.D.L.P. Parroquiales de San Lorenzo. S. XIX. s.f.
[13] Ibídem. Cuentas de Fábrica de San Lorenzo(1830 - 1840). s.f.
[14] A.D.L.P. Parroquiales de San Lorenzo. S. XIX. s.f.
[15] HERNÁNDEZ PERERA, J.: Orfebrería de Canarias. Madrid 1955, p. 441.
[16] CALERO RUIZ, C. y QUESADA ACOSTA, A. M.: La escultura hasta 1900. Santa Cruz de Tenerife. 1990, p. 104.
[17] GONZÁLEZ SOSA, P.: El imaginero José Luján Pérez.. Las Palmas de G.C. 1990, p. 146.
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