El Alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, D. Jerónimo Saavedra, al igual que todos los que le han precedido, sigue sin darse por enterado de que tiene una deuda histórica y legal con el Municipio de San Lorenzo. No se puede limitar a decir que San Lorenzo fue generoso con la Capital, cuando eso es totalmente incierto, porque se nos arrebató por diferentes intereses, por medio de la fuerza y violencia. Ya es hora que se reconozca una ilegalidad que no debe tener vigencia, después de 68 años y 112 días de ocupación injusta de un territorio que fue anexionado, saltándose toda la legalidad vigente, como era la Ley Municipal del año 1935, a la que hace alusión Serrano Súñer en el momento de anexionar San Lorenzo a la Capital, sin darse cuenta, con una gran torpeza, que aquella misma Ley no se lo permitía.
Lo realmente triste es que se nos presenta un proyecto muy estrella, como para pasar a la posteridad, que atenta contra nuestro paisaje y contra una zona espectacular, como es El Rincón, en la que se pueden apreciar diferentes coladas lávicas y otros aspectos vulcanológicos de gran interés, un proyecto vetusto que quiere recuperar para hacer posible un Gran Auditorio de Música, en el que tendrían cabida unas 80.000 personas, llenando de cemento aquel interesante e incomparable paraje natural, al igual que ya se ha hecho, en otras legislaturas, con el entorno protegido de la Montaña de San Gregorio y otros barrancos que mal soportan, de momento, el “demente” progreso.
Lo realmente triste es que se nos presenta un proyecto muy estrella, como para pasar a la posteridad, que atenta contra nuestro paisaje y contra una zona espectacular, como es El Rincón, en la que se pueden apreciar diferentes coladas lávicas y otros aspectos vulcanológicos de gran interés, un proyecto vetusto que quiere recuperar para hacer posible un Gran Auditorio de Música, en el que tendrían cabida unas 80.000 personas, llenando de cemento aquel interesante e incomparable paraje natural, al igual que ya se ha hecho, en otras legislaturas, con el entorno protegido de la Montaña de San Gregorio y otros barrancos que mal soportan, de momento, el “demente” progreso.
Volviendo al tema de la anexión de San Lorenzo, hay que decir que aquellos falsos informes que se enviaron desde la Capital a la Gobernación Central estaban tan mal hechos que fueron rechazados, una y otra vez, por no presentar las condiciones debidas, así y todo, la trama que se había hecho más intensa desde los inicios del siglo XIX se pudo hacer realidad en un momento histórico, como fue el período 1937 a 1939, en el que se llevaron a cabo los más viles métodos. Como ejemplo de ello, pues no los enumero por ser muy larga la lista y encontrarse en nuestra página web www.municipiodesanlorenzo.com y en los libros y artículos publicados, sería la desfachatez de una serie de caciques, en aquellos momentos afines al régimen militar, que colocan al alcalde saliente de Las Palmas de Gran Canaria como Gobernador Civil, para llevar a cabo una injusticia de la que los políticos que han pasado por la alcaldía, a lo largo de los más de treinta años de democracia, en un hecho sin igual en la historia reciente, parece que no quieren que salga a la luz. Aquel alcalde, que fue colocado por los militares en el año 1936, fue Antonio García López, que cesa de sus funciones en el año siguiente para pasar a ser Gobernador Civil y poder llevar a cabo lo que se había preparado de la forma más mezquina e interesada. Es en ese momento, a partir del año 1937, cuando se puede llevar a cabo, con total impunidad, lo que largamente había pretendido la Ciudad y no había podido nunca llevar a cabo.
Se nos habla de participación ciudadana, de concordia, de un gran proyecto europeo para el año 2016 cuando lo que se tiene que hacer es una revisión a su pasado histórico y dar una lección de democracia y lógica. No se nos puede seguir tapando la verdadera historia moderna de la una Ciudad que creció territorialmente con la ilegalidad y con la violencia, psicológica y física, que se quiso aplicar ya desde mediados del siglo XIX y no se pudo llevar a cabo ni con las Leyes de Ensanche de Población de 29 de junio de 1864, ni con la del 22 de diciembre de 1876, así como tampoco con el Reglamento de 19 de febrero de 1877 que derogaba la Ley de 1864. Lo mismo sucedió con el Real Decreto de 1924 o con la Ley Municipal del año 1935 que protegían a San Lorenzo.
Hay que ser conscientes de toda la documentación de la que se excluye a San Lorenzo o se le trata como territorio de la Capital para llevar a engaño a los que se encontraban alejados de la Islas y no les llegaran mejoras; hay que revisar la documentación cuando José Mesa y López, otro alcalde de la Capital, amenaza al alcalde de San Lorenzo José Rivero Viera con llevar a Madrid el asunto del aumento de la territorialidad. En aquellos años veinte, del siglo XX, se encontró con un alcalde formado que le paró los pies y le dijo que fuera a Madrid. Lo cierto es que la estrategia de Mesa y López fracasó y San Lorenzo pudo continuar con su autogobierno. En la prensa, al ver las mejoras económicas de San Lorenzo, se escribió un artículo de desprestigio y de falta de respeto a sus gobernantes, tratándoles de orangutanes, charanga de ladrones y así podemos ver muchísimas estrategias para acabar con San Lorenzo. Desgraciadamente a lo largo del siglo XIX nuestros alcaldes no tenían la formación que tenían los de la Capital y nuestro territorio se vio mermado, siempre en beneficio del más poderoso.
Se debe conocer, a modo de ejemplo, una noticia muy curiosa, también tendente a infravalorar y a entorpecer las leyes que amparaban a San Lorenzo y así podemos leer en las memorias del padre Claret, en la visita que hizo a las Islas Canarias en los años 1848-1849: “La Parroquia de San Lorenzo acogía también a los feligreses de Dragonal, Siete Puertas, Altos, Toscón, Tamaraceite y Tenoya. El pueblo, enclavado en una zona agrícola, pertenecía al municipio capitalino, y dista de él algo así como una legua”. Es tremendo que se olvide que también pertenecían a dicha parroquia otros lugares pero todavía es mucho más grave que quede recogida su pertenencia a la Capital, en aquellos años centrales del siglo XIX cuando siguió por muchos años siendo municipio independiente. Es así, además con el miedo impuesto, como se acalló a una población atemorizada y parece que se sigue jugando la carta del olvido con la ubicación en la jurisdicción de San Lorenzo de nuevos vecinos, que por lógica, desconocen la auténtica realidad. La interesada oscuridad un día, deseo y espero, que se convierta en intensa y justa luminosidad.
Se nos habla de participación ciudadana, de concordia, de un gran proyecto europeo para el año 2016 cuando lo que se tiene que hacer es una revisión a su pasado histórico y dar una lección de democracia y lógica. No se nos puede seguir tapando la verdadera historia moderna de la una Ciudad que creció territorialmente con la ilegalidad y con la violencia, psicológica y física, que se quiso aplicar ya desde mediados del siglo XIX y no se pudo llevar a cabo ni con las Leyes de Ensanche de Población de 29 de junio de 1864, ni con la del 22 de diciembre de 1876, así como tampoco con el Reglamento de 19 de febrero de 1877 que derogaba la Ley de 1864. Lo mismo sucedió con el Real Decreto de 1924 o con la Ley Municipal del año 1935 que protegían a San Lorenzo.
Hay que ser conscientes de toda la documentación de la que se excluye a San Lorenzo o se le trata como territorio de la Capital para llevar a engaño a los que se encontraban alejados de la Islas y no les llegaran mejoras; hay que revisar la documentación cuando José Mesa y López, otro alcalde de la Capital, amenaza al alcalde de San Lorenzo José Rivero Viera con llevar a Madrid el asunto del aumento de la territorialidad. En aquellos años veinte, del siglo XX, se encontró con un alcalde formado que le paró los pies y le dijo que fuera a Madrid. Lo cierto es que la estrategia de Mesa y López fracasó y San Lorenzo pudo continuar con su autogobierno. En la prensa, al ver las mejoras económicas de San Lorenzo, se escribió un artículo de desprestigio y de falta de respeto a sus gobernantes, tratándoles de orangutanes, charanga de ladrones y así podemos ver muchísimas estrategias para acabar con San Lorenzo. Desgraciadamente a lo largo del siglo XIX nuestros alcaldes no tenían la formación que tenían los de la Capital y nuestro territorio se vio mermado, siempre en beneficio del más poderoso.
Se debe conocer, a modo de ejemplo, una noticia muy curiosa, también tendente a infravalorar y a entorpecer las leyes que amparaban a San Lorenzo y así podemos leer en las memorias del padre Claret, en la visita que hizo a las Islas Canarias en los años 1848-1849: “La Parroquia de San Lorenzo acogía también a los feligreses de Dragonal, Siete Puertas, Altos, Toscón, Tamaraceite y Tenoya. El pueblo, enclavado en una zona agrícola, pertenecía al municipio capitalino, y dista de él algo así como una legua”. Es tremendo que se olvide que también pertenecían a dicha parroquia otros lugares pero todavía es mucho más grave que quede recogida su pertenencia a la Capital, en aquellos años centrales del siglo XIX cuando siguió por muchos años siendo municipio independiente. Es así, además con el miedo impuesto, como se acalló a una población atemorizada y parece que se sigue jugando la carta del olvido con la ubicación en la jurisdicción de San Lorenzo de nuevos vecinos, que por lógica, desconocen la auténtica realidad. La interesada oscuridad un día, deseo y espero, que se convierta en intensa y justa luminosidad.
Juan Francisco Santana Domínguez
Doctor en Historia
Doctor en Historia