Estaba anocheciendo pero quise hacer una fotografía que denunciara como las grandes moles de cemento no respetan ni tan siquiera los espacios protegidos, en este caso es el triste e interesado abrazo que ese gigante da la Montaña de San Gregorio, en donde sabemos que está situado un lugar de gran interés histórico y etnográfico. Lo que ayer era un espacio maravilloso se ve hoy usurpado por unas edificaciones que están totalmente fuera de contexto. Triste y lamentable. ¿Quién fue capaz de dar ese permiso? ¿Dónde estaban los valedores de nuestro Patrimonio?
Fotografía de Juan Francisco Santana Domínguez. Año 2007
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