La colonia agrícola de Noetinger durmió esa noche con un ojo solo, estaba todo el trigo emparvado, buena cosecha fina la de 1942, pero el sol apretaba demasiado con sequía, faltaba agua para el maíz y las pasturas y.. se venían las langostas.
Los colonos, sus desgracias y miedos no las ventilaban con proveedores, cuidaban el único capital, su estoicismo, las confesaban sin reparo alguno a los tres ancianos mas instruidos del pueblo, al boticario sefaradí de Barcelona, al medico francés de Gruchy Normandía y al cura navarro de Iruña, quienes para descargar tanta tensión, luego de la cena bien regada, tomaron también fresco hasta que los gallos cantaron, discutiendo por discutir como siempre, sobre política, la guerra mundial y preferentemente sobre pintura, mintiendo a mas no poder sobre los museos que habían visitado en Europa antes de venir hacia America.
Agotados los aljibes, el viento norte constante y fuerte acercaba de lo profundo de la tierra a borbotones, agua fresca mareando hasta el rechine las aspas de los molinos aguateros, a pesar de saber mas fluorada y manchar los dientes mas que nunca, reconfortaba a personas y animales, pero ese mismo viento cálido y seco facilitaba la invasión de langostas .
El Victorian Aneroid Barometer by J.T.Lockwood of Preston (1) en el sombrío escritorio de la estancia inglesa, sudaba 105.8 grados Fahrenheit, iguanas, serpientes y lagartijas hiperactivas observaban exultantes, lengua al viento, como colonos y peones resignados, puestos al asador del sol casi crepitaban, pero debían trillar como se pudiera todo el trigo y urgente llevarlo embolsado al refugio de los galpones del ferrocarril o bajo gruesas lonas, eran las muy precisas ordenes que había recibido el encargado del acopio desde los armadores de Buenos Aires.-
La manga de langostas venía bajando desde el Noreste y ya estaba por Trail, San Jorge, El trébol, Los Cardos, Las Rosas, y La California, pero los pueblos que recordaban las flores nacionales y santos de las naciones irlandesas, escocesas e inglesas también tributaban terratenientes voluntarios a la causa de los aliados y esos jóvenes combatientes, irían algunos al África y otros servirían como aviadores en Inglaterra, concientes de defender a George VI emperador hasta de la India y sus privilegios de cuna con la mismísima vida.
Las langostas, voraces e impiadosas dejaban en la miseria a los colonos que no tenían capacidad de trilla o de acopio, cuasi monopolio que la larga mano del imperio británico digitaba, de nada valían las maldiciones de los colonos españoles, portugueses, italianos, alemanes, suizos y balcánicos de las estancias del Eje Roma Berlín Tokio no tan bien organizados para el almacenamiento y embarque de los granos.
No se explicaban porque, a pesar de la Flota Mercante Argentina no sacaban el doble precio por el trigo en cualquier puerto europeo neutral o en Genova o en el mismísimo Hamburgo, aunque en el mundo el precio real del trigo y del maíz era incierto, porque a pesar de la neutralidad habían hundido a los cargueros argentinos Uruguay y al Río Tercero y averiado al Victoria , ( 2) los colonos creían que el precio era muy superior y como “ forzoso es que a los hombres que se les hace mal se vuelvan injustos ( 3), despreciarían cual endemia el riesgo y dolor ajeno por generaciones.
Ese plus valor jamás les llegaría porque eran simples piezas del ajedrez imperial, con movimientos delimitados y acotados. Si bien se había impuesto el criterio patriótico sobre la presión continua de los agro-exportadores europeos ahora divididos por la guerra y se había creado la Marina Mercante (4), el acopio y la comercialización de los granos, efectiva y concreta, seguía en las manos de siempre. Distintas interpretaciones del mismo hecho se daban en las estancias Orion, La Germania o La Alpina que en La Esterlina, El Albión o La Caledonia, unos mordiéndose las muelas, los otros impávidos, flemáticos.
El telégrafo del ferrocarril inglés repiqueteaba incesante su tartamudez congénita relatando el avance de la plaga hacia el sudoeste, en cuestión de horas o días estarían las langostas sobre la colonia.
El motor a vapor Mac Laren, originariamente diseñado para quemar carbón coque de Cardiff, reformado por los hábiles suizos, Felix, Jorge y Hugo Bur de General Roca, se conformaba con la abundante paja de un muy apreciado trigo duro, y su pesado volante movía a la larguísima y ancha correa plana hacia la trilladora Hoffer Schrantz nº 32149 V177 (5). Sus experimentados y eficientes propietarios maquinistas estaban probando para reemplazarlo por un motor a explosión, un agricolero Sello Rojo Continental Red Seal(6) que había gambeteado el bloqueo de repuestos norteamericanos a la neutral Argentina(7), pero la premura por trillar y embarcar de los exportadores era mayor que toda cordura y bien sabían como presionar para hacer cumplir sus órdenes, armaron los acopiadores por su cuenta un equipo de maquinistas alentados por la necesidad pero no calificado para la tarea. Los peones europeos engañados que el embarque mitigaría el hambre en sus pueblos de origen, aunque dudando, claudicaban mansamente.
Apoyaban al motor a vapor, su caldera y a la trilladora, cuarenta caballos de tiro y un enjambre de maquinistas, engrasadores, fogoneros, aguateros, horquilladores, bolseros, estibadores, apiladores, cargadores, carreteros, pistines, cocineras y ayudantas, dirigidos todos por un muy anciano y avezado parvero, Don Juan Bautista Jiménez Martel Rivero Suárez , natural de Tamaraceite Municipio de San Lorenzo en la Gran Canaria, mas conocido en la colonia como Don Juan el Canario de la chacra Sansofé, muy respetado en el trabajo y solamente retado por su canarísima esposa Doña Julia Henríquez González, otrora matrona de antebrazos poderosos, capaz de ser una pluma en la caricia a un nieto y también de dormir a una lechera maniera de un certero ladrillazo.
Trasladaban ordenadamente las gavillas desde la imbricada parva hasta la trilladora, de horquilla en horquilla, sin tocar el suelo.
-Poco a poco hila la vieja el copo. - gruñía Don Juan el Canario si caían algunas briznas con espigas. Después de despedirse de su paja, el muy rubio grano de trigo se refugiaba ya sin temor en bolsas apiladas en las reforzadas chatas, y de ahí al pueblo al tranco vivo de los percherones, y del pueblo al puerto de Rosario o Buenos Aires en el propio y muy británico ferrocarril, sin día ni noche, hasta terminar, sino, lo sabían y repetían hasta los niños, las langostas terminarían con las parvas. Y no era explicación que soportase el Foreing Office sobre la falta de trigo en los cargamentos de sus artillados barcos mercantes, que guiados por la Royal Navy cruzaban en convoyes por secretísimas derrotas, el peligroso océano atlántico.
Southampton, coordenadas 50.89° N 1.40° W, en ese incipiente verano argentino de 1942, era el probable destino de tanto trigo, y no Canarias como le habían dicho a Don Juan, si llegaba el embarque indemne a pesar de la marina italiana o alemana, bocas ansiosas en la bombardeada Londres y millones de hombres en armas degustando pan recién horneado, confiarían aun mas en el poder e infalibilidad del hasta entonces invencible imperio británico, que desde mas de un siglo antes, en Argentina tenía sus recaudos tomados, la condena admonitoria de Sir George Canning( 11 April 1770 – 8 August 1827 ),"La Guerra (de la Independencia) se ha terminado y, si actuamos bien, la América Española será nuestra. Inglaterra será el taller y América Española la granja" y de Sir Walter Raleigh:- Quien manda en el mar, manda en el comercio del mundo y por ende en el mundo mismo” (sir Walter Raleigh (1552-1618)), se cumplía inexorable.
Argentina país nacido soberano, genuflexo por quienes Jesús echó del templo a latigazos anhelaban hacerla colonia comercial preferida (8 ),cientos de miles de colonos europeos necesarios según el modelo de desarrollo económico imperial británico, ahora argentinizados, le aseguraban a los aliados bastimentos y munición de boca para perpetuarlos, (9) sus barcos , sus armadores, su ferrocarril, sus acopiadores, sus aseguradores, sus exportadores e importadores, sus campos, sus estancias, sus administradores, sus influyentes abogados y todos sus amanuenses y servidores, procuraban el suministro a los aliados.
-Quizás en todo el mundo, la gran culpable de todas las desgracias era la crisis por la guerra, como si fuese creación espontánea de la nada, nadie se hacía responsable de su nacimiento, la maldita guerra para algunos y para otros la gran oportunidad. Dicen, los lenguaraces que medran gracias a ella, que la crisis es oportunidad, hasta citan idénticos ideogramas chinos, puede ser, pero difícilmente lo sea para la misma persona que la padece.-
El motor a vapor con su jadeo constante, entregaba potencia a cambio de que le mantuviesen la presión del vapor con agua y muchísima paja reseca, resulta que el fusible para abortar hacia el suelo un exceso de presión, originario de plomo y estaño, una vez se había fundido y fue reemplazado momentáneamente ante la carencia del repuesto original, y otra vez por culpa de la guerra, por un ferroso bulón de dos pulgadas del ferrocarril , pero de los de duro hierro forjado por Tamet , lo que debía ser fusible era mas resistente que la misma chapa pulgada y cuarto de la caldera del motor y sucedió lo que no tenía que suceder.
El inusual estampido se sintió a mas de una legua, en el llano como en el mar, si hay gruesas nubes bajas el sonido reverbera, no hizo falta un aviso de que se trataba, todo el pueblo y las colonias circundantes sabían que pasó lo tan temido, estalló la caldera del motor de la trilladora arrasando todo lo que estuviese muy cerca, cristianos y caballos, pánico en varios idiomas y dialectos.¿Quien no tenia un allegado o un interés vital en la trilla?.
Todo fue un correr hacia el campamento de la trilladora, de todos lados concurrían como los había agarrado, curiosos y alarmados, de botas y polainas de cuero los empleados del acopio y de las estancias, en harapos remendados los colonos y descalzos sus peones.
El boticario del pueblo cargó dos valijones con remedios y fue a buscar al médico a la fonda del pueblo, no para discutir como todos los días sobre arte o política, el medico ya tenia preparado sus maletines con instrumental de cirugía, se fueron en un tilbury de un galope al campamento de los trilladores, encontraron lo que quedaba, parecía un nido de ñandú abandonado después de la eclosión de los charitos.
Varios muertos, decenas de quemados, chamuscados, quebrados y golpeados, casi todos sordos, pedazos de caballos con sus aperos por todos lados, el vapor sin control los había hervido en instantes.
El medico francés, prefería ser llamado normando, veterano cirujano en el Lo en 1917, recordó su tiempos de militar, contra toda lógica de la asistencia sanitaria entre civiles, luego de echar un vistazo general, empezó a atender los sangrantes y menos quemados, sin atender los ruegos y lamentos de los amigos y de los propios moribundos, esa era la esencia de la asistencia medica militar, atender primero al que se podía salvar y volver a la lucha, por los moribundos poco podía hacer un medico solo en la mitad del campo, lleno de tierra al rayo del sol, sino consolarlos y si soportaban el calvario quizás habría tiempo para algo..
Seguía llegando gente entre preocupada y curiosa desde el pueblo y de otras colonias, el médico normando calificaba gravedad como apartando hacienda para un remate , a un lado los muertos y luego a evaluar los quemados y quebrados, a este lo curo yo acá nomás, y a este lo mando en carro a Villa María, y a ese…… miéntanle hasta que se corte.
Los que curaban habían designado ayudantes que los asistían y una guardia sorda y agresiva que al grito de;
- ¡El que no ayuda molesta!,- empujaban sin consideraciones a las mujeres, a los sanos y curiosos que merodeaban entre los heridos.
Por enérgico y servicial Alfonso Jiménez Henríquez de 38 años, hijo menor de Don Juan el Canario, ebanista desocupado puesto a encargado de la tensión de la correa en la trilladora, a pesar de que su mujer estaba al parir en Rosario, era uno de los ayudantes , sus fuertes brazos retenían a los sufrientes para que el viejo medico normando pudiese sin anestesia pinzar una arteria femoral que sangrando se llevaba una vida o ayudaba a soliviar los todavía candentes hierros que aprisionaban los restos de una pierna.
Don Juan el Canario con su antigua y gastada navaja canaria, recuerdo de su padre, despenaba los caballos muy quemados o quebrados, ceremonioso, si podía le quitaba arneses y dogales.
-Si nacisteis libre, por mí no morirás esclavo-, murmuraba, y certero tajo en la carótida , los nombraba cariñoso, revivía el dolor de la despedida del Machango su camello canario, les recordaba mañas y virtudes, haciéndole la cruz en la frente se los encomendaba al Señor y allá se fueron entre estertores decrecientes, el Ñato Negro, el Ñato Pampa, el Bartolo, la Petisa, el Figurita, el Viruta e fierro, el Tuerto, Badajo e palo, el Gaucho, Don Arturo, Soy París, la Esperanza y quizás luego, otros.
El boticario judío y el médico normando atienden a los quemados, están desbordados, tratan de conversar de algún tema que los despeje dentro de la actividad que no pueden dejar a medias aunque se caen de cansados, Alfonso ayuda obedeciendo y nervioso no deja de preguntar maravillado ante tanta sabiduría manifiesta, le explican sin mirarlo sobre la circulación de la sangre.
Se refugian los sobrevivientes ilesos a la sombra de una parva, algunos dormitan, otros parlotean sin escucharse, muy pocos razonan lo sucedido, se lamentan, la desgracia era casi una constante, una compañera de viaje, ya venían mal los colonos y mucho peor sus peones con el precio del trigo puesto a satisfacción de los monopolistas excusándose en la guerra , luego la amenaza de las langostas, y al final la explosión y su matanza..
Don Juan el Canario, a pesar de sus 73 años peonaba en la trilla con su mujer Doña Julia y su hijo Alfonso que había venido desde Rosario a hacer la cosecha y procurarse unos pesos, junto a un Toscano fascista que pretende convencerlo que ese trigo iba a Italia y no a Las Canarias, observan la nube de langostas que se acerca, imposible espantarlas de las parvas, entre tanto heridos y rendidos de cansancio y desánimo.
Don Juan las conocía desde Canarias cuando invadían hambrientas desde África, poco se podía hacer, ruido, humo, fuego, chapas barrera, largarles las gallinas, pisarlas, morderlas, llorar, nada mas.
El contacto con la muerte y la miseria hace a estos rudos hombres no instruidos hasta filosofar, piensan reconcentrados sobre la forma de morir, como si fuese una elección siempre posible, el Toscano dice que no morirá sin ver de nuevo al mar Mediterráneo.
Alfonso sabe que se salvó por casualidad, justo se había apartado del motor para ir a la casilla de los maquinistas a buscar un alambre grueso para hacerle una guía a la correa que recalentada y excéntrica tiraba a salirse de la polea.
Don Juan dirigiendo el desarme de la parva había quedado a sotavento y a salvo de la onda expansiva de la explosión, consuela en voz muy queda a Alfonso,
-Somos aves de paso- susurra estoico, ahora el italiano repite que no morirá sin ver de nuevo el mar, Don Juan recuerda al italiano que él se conformaba con lo mas parecido al mar, el melado trigo en espigas rutilante cuando lo mece el viento.
- Il mare nostrum italiano stesso come un mare di frumento, má tu sei un pazzo assurdo Yuanin?- ( 10)
Don Juan ignora el desaire y mira mansamente a su hijo, jamás le dirá lo que piensa, quizás el italiano tenga razón, que mierda va a comparar este trigo egoísta, matador de peones explotados, con el generoso mar Canario que lo vio nacer, que no verá nunca mas, ni a Tamaraceite ni a San Lorenzo ni a Las Palmas de Gran Canaria verá ya, sino hubiese sido tan sulfurado y se hubiese subordinado a su hermano y a su cuñada, estaría en Tamaraceite, tal vez hubiese ido a pelear a Marruecos con tantos otros canarios amigos, por su honra y por la gloria de España, si lo hubiesen muerto sería honrado, o vuelto viviría con honra, en la colonia agrícola toda la gloria posible era servir todavía para algo, peonando para los colonos de las estancias, era trabajar de sol a sol por abrigo y comida hasta morir, pero solo de gofio no vive el hombre, recapacita.
Doña Julia escuchó el desplante del peón Toscano asombrada que su Juan no lo hubiese sosegado de una trompada, ¿ que quedaba de lo escuchado desde niña de sus hermanos, Ignacio, Domingo y Victoriano Henríquez González y de su mismo Juan, ¿que del orgullo canario, que de las historias de los camelleros a orillas del fuego que contaban los mas viejos, del indómito guanche Doramás, de marinos y huracanes, hazañas de jinetes, de arcabuceros, ballesteros y arqueros, de los pastores silbadores, donde quedó lo aprendido en el Colegio del Huerto en Rosario cuando estudió para maestra, de las lecturas a escondidas de Bailen y Trafalgar del paisano Don Benito Peréz Galdóz, del explorador Alvar Nuñez Cabeza de Vaca, del Hernán Cortez?,¿ quien reconquistó España dos veces y sableó hasta al mismo Napoleón?, ¿que quedaba de las agallas de esos hombres que enriquecieron Europa conquistando America?. ¿Que quedaba de toda esa posibilidad de gloria y orgullo en su marido que no tenía fuerzas ni animo para espantarse las langostas?.
Del aguamarina de sus ojos no brotará ni una lágrima, mamó que no debe llorar de dolor o desesperanza, era su ofrenda al Señor.
Don Juan el Canario recuerda las enseñanzas cuando niño de su amigo el guanche Doramás:,” Había dos formas de levantar un hombre o un camello caído, a unos sacándole carga y a otros cargándolos mas todavía, el exceso de carga lo haría mover y levantarse”, el secreto era conocer tanto de camellos como de hombres, para no equivocarse porque seria fatal, él creía conocerse, siempre había pedido mas carga, huía palante, pero ahora necesitaba aflojar, maldice al yugo, esta seria su última trilla en la era (10 bis ), empieza a pensar cuanto tiene de culpa en la desgracia, duda que ese embarque sea descargado en Las Palmas y en Italia a la vez,¿ pero si era verdad?, tendría que haber parado la trilla hasta que viniesen los Bur, aunque lo mandasen estaquear los de la estancia o la peonada que no quería perder el conchavo lo carnease.
El boticario judío y el medico normando terminan de atender a los quemados, Alfonso les vierte agua todavía tibia sobre el torso, brazos y manos ensangrentadas y se las seca con arpillera de las bolsas.
Alfonso está deslumbrado por los conocimientos de estos hombres , escucha su conversación y descubre que existe gente de técnica y espíritu superior, un mundo que él desconoce, estos hombres nada comunes dominan el arte supremo, para él rayano en lo divino, el de aliviar el dolor de sus congéneres con total humildad sin esperar ninguna retribución extraordinaria, cobrarían solo de algunos sanados con gallinas y tal vez medio lechón para las fiestas, los considera distintos, realmente mejores a la gente conocida por él , le quedan gravado , atiende siempre, cura a veces, consuela siempre, el que no vive para servir no sirve para vivir, diástole sístole, etc.
Con la terminología del arte de curar hablan de cosas incomprensibles para Alfonso, el boticario se espanta las porfiadas langostas dueñas ya de todo el campamento, y señala al médico como Don Juan el Canario y a Doña Julia tendidos sobre la paja a la sombra de la parva, le recuerda un cuadro al óleo,” La siesta de los campesinos” de Vincent Van Gogh (11), el médico normando retruca sin énfasis que un pintor normando, de su mismo pueblo, llamado Juan Francisco Millet lo había pintado mucho antes (12) y que Vincent lo había copiado, el medico normando asegura y Alfonso asiente asombrado que Millet, un normando como él , de su mismo pueblo, reitera, y Vincent, esos si que eran geniales, que él y el boticario eran tipos comunes del montón de los profesionales y que cualquiera en su lugar hubiera hecho lo mismo o mejor, Alfonso se pregunta¿ como serán ese normando Millet y Vicente Van Gohg, a quienes sus admirados tanto admiraban, serian grandiosos, piensa.
El médico del pueblo se planta en que Millet era mas preciso, el boticario asegura que Van Gogh era mas sintético y mas expresivo, los colores mas vivos, el había visto una reproducción en Barcelona, ¿miente?
Alfonso ni imagina que quizás un ángel que necesitaba un padre lo salvó, y no solo por ser por demás cuidadoso con la maquinaria y tratar de arreglarla con solo un alambre y un palo, pero está maravillado por la profesionalidad y sabiduría del medico y del boticario, que ayudan a vivir y hasta a morir, hablando de cosas que él no comprende pero algunos nombres le quedan , Normando, el origen del medico, Vicente el pintor genial…
- Si con la lombarda habemoj otro varón le pongo esoj nombrej, le pongo.-
También desde el pueblo llegan demasiado tarde y circunstancialmente serios, un fatuo mister mayordomo sopado en gin-tonic, su comisario obediente, el cura y el jefe de la estación de gorra chaleco y silbato, trae de paso, por traer algo, un remedo de orden ante tanto desastre, un telegrama:
Servicio de Correo Telegráfico del
Ferrocarril Central Argentino
Destinatario;
Alfonso Jiménez Henríquez
Zona Rural .-Noetinger. Cdba
-El 22 al mediodía nació un varón.
Tiene como ombligo en la baja espalda, parece sanito.
Estamos bien. Tu Porota.-
Remite:
Maria Cesati Zuconi de Jiménez Henríquez
Montevideo 3005.-Rosario. SFe:
Alfonso, pálido, escuchó del medico cuan tan malo podría ser un ombligo en la ultima vértebra, una spina- bífida, con un hijo más así, su vida sigue pero mas complicada que nunca, angustiado pero de apetito memorioso, destapa la olla de la olvidada comida de los peones trilladores, la grisácea carne hervida del puchero con su grasa amarilla, hasta ayer un manjar, se le asemeja a la carne quemada de los trilladores difuntos, hasta el mismo olor, las langostas le chapalean el caldo, moqueando, por fin, en un arranque de furia voltea la olla de una patada y los choclos, indolentes, quedan sonriéndole entre histéricos y burlones, sobre la chamuscada paja de trigo///////////////////////.-
Normando Vicente Gimenez Cesati
Fisherton Rosario Argentina.
Enero del 2009.-
Fisherton Rosario Argentina.
Enero del 2009.-
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GLOSARIO
(1) http://www.st-james-antiques.co.uk/barometers.html#stock_343
Victorian Aneroid Barometer
by J.T.Lockwood of Preston; 105.8 grados Fahrenheit igual a 41 grados centígrados.
(2) La agenda política - Los años de la Segunda Guerra Mundial
las explicaciones que ha dado Alemania por el torpedeamiento de los vapores de bandera argentina “Victoria” y “Río Tercero” son reticentes e involucran un ...
www.argentina-rree.com/9/9-025.htm
(3).- Platon. La república
(4).- Marina Mercante Argentina
Ya por decreto del 29 de enero de i940, el Poder Ejecutivo había creado la Comisión de Creación-de la Marina Mercante, la que informó minuciosamente ...
histarmar.net/BuquesMercantes/Armadores-FME-Historia.htm - 47k –
(5)La trilladora Hoffer, de madera, se exhibe en el Zoológico de Lujan B.A. Argentina. Las fotos son solo ilustrativas de la rudeza del trabajo, nótese el tamaño de las bolsas, hasta 70 kilos de trigo, pertenecen a:
http://villacan.com.ar/fototeca/Catalogo/positivos/fk0014.jpg. Villa Cañás Pcia de Santa Fé. Argentina
(6 ) Red Seal engines , Continental Motor Corporation Muskegon Michigan. Made in USA
(7.-)La agenda política - Los años de la Segunda Guerra Mundial
Los años de la Segunda Guerra Mundial. El 11 de septiembre de 1939, la cancillería .... El decreto ratificaba la posición de neutralidad de la Argentina, ...
www.argentina-rree.com/9/9-025.htm - 38k - En caché - Páginas similares
Perón-y-Hoover:-losduelistas
http://www.clarin.com/suplementos/zona/1999/01/24/i-01001e.htm
(8)En épocas mas recientes también hubieron partidarios de ser ( o seguir siendo) colonia: "Densos nubarrones se levantan que presagian tormentas proteccionistas en las colonias inglesas, y la tendencia imperialista que va mordiendo fuerte el espíritu británico, no es por cierto una garantía para el porvenir de nuestro comercio internacional. Mucho hablamos de abrir nuevos mercados, sin notar acaso que más valdría asegurar los que ya tenemos, como el de Inglaterra, para quien deberíamos tratar de convertirnos mercantilmente en su mejor colonia, a fin de hacerle imposible dar preferencia a nuestros competidores de Canadá y de Australia." (Discurso pronunciado por el Dr. Ezequiel Ramos Mejía, presidente de la Sociedad Rural Argentina en la inauguración de la exposición rural de 1902. En "Historia Gráfica de la Argentina Contemporánea", Tomo 3, Buenos Aires, Hyspamérica, 1985.)
(9).-El 11 de abril de 1939, cuando aún Ortiz ejerce la presidencia, el periódico The Statist, de Londres, se refiere, sin ambages, a nuestra relación económica con el resto del mundo económico mundial:
“La Argentina es un gran país, con una población relativamente pequeña. Tiene productos esenciales y espera vender su excedente al extranjero para pagar los intereses de las deudas contraídas en Europa y comprar productos manufacturados, de los cuales tiene necesidad. Es necesario no perder de vista que la actual economía argentina es la consecuencia de una acción deliberada de nuestro país. En el siglo pasado, nuestros banqueros y comerciantes llegaron a la conclusión de que los productos alimenticios que antes obteníamos en su mayor parte en Estados Unidos resultaban anormalmente caros. Se preocuparon, entonces, con un propósito deliberado, de encontrar un país que pudiese suministramos los productos a precios relativamente más bajos. En las llanuras del Plata encontraron ese país y se suministraron los capitales necesarios para proveer a la Argentina de los medios de transporte que le permitiesen enviarnos los productos alimenticios que necesitamos. Económicamente, la Argentina es, en gran parte, lo que hemos hecho de ella”.
ISLAS MALVINAS, SU HISTORIA, LA GUERRA Y LA ECONOMÍA, Y LOS ASPECTOS JURÍDICOS SU VINCULACIÓN CON EL DERECHO HUMANITARIO
Bruno Tondini http://www.eumed.net/libros/2007b/278/62.htm
(10 ) El mar Mediterráneo ha sido un mar clave para la Historia. En la Roma antigua se llamó Mare Nostrum (Nuestro mar) debido a que todas sus orillas fueron ocupadas por ella,8 y en el siglo XIX Mussolini - queriendo recrear el imperio romano - lo llamó Mare Nostrum Italiano durante la segunda guerra mundial. http://es.wikipedia.org/wiki/Mar_Mediterr%C3%A1neo
( 10 BIS) 1. Era: superficie al aire libre preparada para trillar y aventar los cereales. “Espacio de tierra limpia y firme, algunas veces empedrado, donde se trillan las mieses”. Las eras tenían que estar ubicadas en zonas bien ventiladas, generalmente sobre lomos o promontorios. Su uso era comunal. Tipológicamente distinguimos eras excavadas sobre roca, y otras “entamadas” o eras ejecutadas con tierra apisonada (medianías norte de Gran Canaria). fuente: http://www.cartaetnograficagc.org/agricultura.php#era
(11) La siesta de los campesinos Vincent Van Gohg pintado en 1890.-
(Groot-Zundert, Países Bajos, 1853 - Auvers-sur-Oise, Francia, 1890) Pintor holandés. Vincent Van Gogh era el mayor de los seis hijos de un pastor protestante, y mantuvo con su hermano Theo, cuatro años menor que él, una relación que sería determinante en su existencia y su trayectoria artística. La correspondencia que ambos intercambiaron a lo largo de toda la vida es el testimonio de la intensidad de esta relación.
Tras recibir una esmerada educación en un internado privado, con dieciséis años entró como aprendiz en la filial de La Haya de la galería de arte parisina Goupil & Cie., fundada por su tío Vincent; allí conoció las obras de la escuela de Barbizon.
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/gogh.htm Vincent Van Gogh era una gran admirador de Jean-François Millet. Durante su estancia en el sanatorio de Saint-Rémy-de-Provence pintó diversos óleos recreando los dibujos del admirado maestro.
En mayo de 1889, tras una serie de ataques paranoicos, Van Gogh ingresó a petición propia en la clínica mental de Saint-Rémy-de-Provence. Tampoco allí los médicos pudieron ayudarle, y Van Gogh se refugió de nuevo en un trabajo febril. Pero en vez de limitarse a pintar del natural, también realizó algunas versiones de obras maestras de Gustave Doré, Honoré Daumier, Eugéne Delacroix y, sobre todo, de Louis Millet.
Campesinos durmiendo la siesta surgió de un grabado en madera de Jacques-Adrien Lavielle y éste, de una de las cuatro Horas del día de Millet. "El hecho de pintar siguiendo los dibujos de Millet más bien me parece una traducción a otra lengua que una copia", escribe Van Gogh a su hermano Théo, "como si se tradujesen al lenguaje de los colores... Si un día son criticadas o menospreciadas como imitaciones, no por ello será menos cierto que hacer asequible al gran público el trabajo de Millet está plenamente justificado."
En efecto, Van Gogh no se contentó con una superficial copia al óleo, sino que dedicó mucho tiempo y esfuerzo a hacer justicia al espíritu del original por medio de la armonía de tonalidades azules y ocres, y merced a la multiplicidad de las rotundas pinceladas, cruzadas o entrecortadas.
Como es sabido, Van Gogh tardó mucho tiempo en ser reconocido por la crítica artística. Tan sólo unos pocos meses antes del suicidio del artista, Albert Aurier escribió: "Vincent Van Gogh... no es sólo un gran pintor lleno de entusiasmo por su arte, su paleta y la naturaleza, sino también un soñador, un fanático religioso y un seguidor de bellas utopías, que vive de sus ideas y sueños."
La siesta de los campesinos Juan Francisco Millet, pintado en - + 1870
Jean François Millet
(Gruchy, Francia, 1814-Barbizon, id., 1875) Pintor francés. Nació en una familia de campesinos de Normandía y, gracias a una beca, pudo estudiar pintura en París, en el estudio de Delaroche. Sus primeros retratos y cuadros mitológicos nada tienen que ver con sus posteriores obras de tema campesino, en las que se enaltecen la vida y las ocupaciones diarias de las gentes que trabajan en el campo.
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/millet.htm
Ilustración de los caballos moros de tiro pertenece a
Para la era Jose Antonio Rodriguez- Artelista.com
Para la era, Pintura de Jose Antonio Rodriguez,Cuadro de caballos.
www.artelista.com/obra/2778437717559267-paralaera.html
Normando Vicente Gimenez Cesati
Fisherton Rosario Argentina.
Fisherton Rosario Argentina.
Enero del 2009
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