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Ser pregonero de diversos lugares, siendo el primero de ellos en el año 2004, en las Fiestas de San Lorenzo y posteriormente concederme el reconocimiento de Pregonero de Honor de esas importantes fiestas, las fiestas de nuestro Pueblo, ha supuesto un gran honor para el que escribe y una satisfacción muy grande porque, hace apenas unos años, no me lo podía imaginar. Se podría decir que es un sueño, sin pretenderlo ni pensarlo, hecho realidad aunque nunca he creído que mereciera ser pregonero de ningún lugar.

Ser pregonero de mi Municipio es algo que me llena de sano orgullo y es el mayor de los reconocimientos que se me podía otorgar. A pesar de todo ello no deja de emocionarme y de llenarme de responsabilidad hacer de pregonero en un nuevo lugar, en esta ocasión de Los Giles.

Durante estos años he intentado hacer llegar, con mi humilde aportación, la historia de su entorno a los habitantes de los diferentes lugares del Municipio de San Lorenzo y ello ha supuesto un lindo acercamiento a su gente y una emotiva formación continua para mí. Después de aquel significativo primer pregón de San Lorenzo han venido otros, todos muy intensos y llenos de sentimientos que se palpaban y se sentían muy intensamente. Se acercaron a los vecinos y vecinas, con mucho cariño, trocitos de historia, de emociones, de responsabilidad, de verdad, de cercanía a: Siete Puertas, Hoya Andrea, La Galera, Lomo de los Frailes, Costa Ayala y, ahora, Los Giles. En todos ellos aprendía y disfrutaba de algo muy importante como es que la gente escuchaba muy atentamente, se interesaba y compartía sus vivencias y sus conocimientos que, en ocasiones, se presentaban muy alejados de la auténtica realidad histórica pero guardados con muchísimo esmero y orgullo. En la mayoría de las ocasiones su sorpresa, ante el desconocimiento generalizado, se reflejaba en sus atónitos rostros. Políticos y vecinos se sorprendían ante lo que escuchaban y manifestaban que lo que estaban escuchando no era lo que se les había transmitido y que se sentían muy extrañados pero a la vez sorprendidos en ver como su pasado no era el que hasta ahora creyeron. El cariño y la comprensión han sido siempre una constante y en todo momento me he sentido muy a gusto y satisfecho y es que la historia no puede ser lo que queremos oír o lo que nos han transmitido desde el desconocimiento o la intencionalidad y sí un sano ejercicio moral y de verdad, simplemente es lo que es y para corroborarlo están los documentos y la historia oral. Yo he sido el primer sorprendido al ir descubriendo en el trabajo de mi Tesis Doctoral sobre el Municipio de San Lorenzo de Tamaraceite, a lo largo de los años, una historia que se nos había ocultado por intereses económicos y ansias políticas que atentaban contra la legalidad y debido a ello mi planteamiento ha sido modificado en pro de la justicia y la coherencia que supone la verdad histórica. Me siento en el deber de hacer aclaraciones y a devolver a esta Jurisdicción una memoria que fue silenciada, haciendo que mucha gente fuera obligada a guardar silencio de forma cruel y con violencia, física o psicológica, y es por ello que dar a conocer lo nuestro lo considero una obligación moral y de reconocimiento de la dignidad de muchas personas que no pudieron expresarse y rechazar lo que se les imponía a la fuerza atentando contra la legalidad vigente.

En el pregón hablaré del cantón o guanartemato de Atamarasaid, del Municipio de San Lorenzo y de Los Giles y su entorno como medio de llevar a la gente la historia desconocida ya que la otra historia, la de la unión obligada a la Ciudad, en gran medida ya se conoce porque es la que todos y todas hemos aprendido a lo largo de los años. Se abordarán diferentes aspectos y entre ellos estará la toponimia. Trabajarla es algo muy grato porque aparecen las respuestas a muchísimas cuestiones previamente planteadas. La toponimia de esta zona está ligada al terreno, a su vegetación, fauna y también al nombre de sus antiguos poseedores, como ocurre en cualquier otro lugar. Esta zona al terminar la conquista fue dividida entre los conquistadores y entre ellos estaban: Juan de Civero y Muxica, Antonio de Arévalo, Hernando de Miranda, García de Asiego, Hernando de Prado, Ibone de Armas, Juan de Mayorga, Pablo Pérez, Alonso Hernández Castil de Vil y Gonzalo de Burgos. En el año 1506, con el Licenciado Zárate, se revisaban aquellas entregas de tierras siendo la principal beneficiada Catalina Guerra, esposa de Juan de Civerio (En algunos documentos aparece como Siverio o Siberio).

Antes de ser conquistada la Isla en esta zona de Los Giles se encontraba el lugar en el que vivía el guanarteme de esta zona, del cantón o guanartemato de Atamarasaid. El paso de los años no ha olvidado que en este lugar existía el lugar de residencia del rey, situada en estas alturas y en una situación estratégica para poder controlar los movimientos e intenciones de los extraños visitantes que, de vez en cuando, llegaban a la Isla. Se puede apreciar desde aquel lugar de residencia las vistas de la bahía, de la Playa de Tamaraceite, del istmo que separaba la Isla de Las Isletas. Allí vivió, entre otros caudillos, su último guanarteme: Adeum de Atamarasaid. En los alrededores de las Cuevas del Rey se podían encontrar restos cerámicos y también se pueden apreciar sus diferentes dependencias y oquedades, posiblemente para ofrecer sacrificios a los dioses, a base de leche y otros alimentos. En el lado sur y este se encuentra su barranco, el Barranco del Guanarteme de Tamaraceite, siendo toda esta zona muy interesante desde el punto de vista arqueológico y antropológico.

Otro de los tesoros de esta zona de Los Giles es su rico patrimonio natural, el propio de este entorno, además de un reducto de ceropegia fusca o vulgarmente llamado cardoncillo, planta protegida y en peligro de extinción desde hace muchísimo tiempo.

Desde el punto de vista histórico existe un documento del año 1675 en el que Salvador Hernández y su esposa Catalina Hernández de Cerpa, vecinos de San Pedro de Tenoya, compraron un lote de tierras, de unas veinte fanegadas, a D. Juan Huesterling Sarmiento y Saavedra que a su vez había comprado a los herederos de D. Bartolomé de Moxica en el año 1672. Eran tierras montuosas en El Cardonal que lindaban por la parte de arriba con la Cueva del Lagarto, continuando adelante por la Cordillera del Cardonal a dar a los Caideros del Rincón junto a las tierras que llamaban de Burgos, que hacen mención al conquistador ya mencionado Gonzalo de Burgos y que en aquel entonces pertenecían a Francisco González Enamorado y por la parte de abajo estaba el mar y los cercados que habían sido de Guillén de Ayala y que por aquellas fechas ya pertenecían al mencionado matrimonio comprador . En este escrito aparecen diferentes poseedores de estas tierras y otros de las cercanías que en algunos casos aún hoy en día se mantienen en el rico patrimonio toponímico de los alrededores como es el caso de Guillén de Ayala, que dio nombre a la actual Casa Ayala y sus alrededores, y otros que hay que recuperar por errores de la transmisión oral y escrita.

En el año 1684 se hablaba de Las Cordilleras del Cardonal “vertientes abajo a dar al Lomito del Rincón y a la mar”. Este sería otro de los nombres anteriores a Los Giles y relacionada con los accidentes geográficos del lugar pero no ha sido el único.

A lo largo de los años la división municipal de San Lorenzo ha ido cambiando y así vemos como esta zona de Los Giles ha ido cambiando de sección o de distrito. En el año 1878 el Municipio de San Lorenzo estaba dividido en 15 secciones y la Sección Nº 9 comprendía Tenoya-Casa Ayala y la Nº 10 comprendía la denominada Tenoya-Cangas. Estas serían las secciones que estarían relacionadas con esta zona y con Los Giles en particular.

En el año 1891 existían dos distritos y esta zona se denominaba, a grandes rasgos, Tenoya o Distrito del Oeste.

En 1897 existían 11 secciones y este entorno quedaba comprendido en la denominada 6ª Sección o de Casa Ayala.

En 1900 la división municipal quedaban reducidas a siete secciones y esta zona alta quedaba comprendida en la 4ª Sección o de Casa Ayala. El presidente era D. Saturnino de Armas Ramos y comprendía: Asestadero, La Atalaya, Canga de Abajo, Canga de Arriba, Cañada Honda, Las Cañadas, Casa Ayala, Cortijo de Casa Ayala, Cuevas Blancas, Sifones, Cueva Güayavera, El Hediondo, Lomo de los Negros, Llano del Mar, Llano de las Mozas, El Rincón y Risco Quío. Los Giles y sus alrededores serían denominados con el topónimo de Las Cañadas haciendo alusión a las alturas en las que se encontraba situado.

En 1901 seguían los dos distritos pero ahora el de esta zona se cambiaba y se denominaba Distrito de Tamaraceite.

En el Censo de población del año 1920, hace tan sólo 90 años, no se tenía ningún lugar en el Municipio de San Lorenzo que se llamara Los Giles. Si había un lugar que se llamaba la Batería de los Giles en el que no se tenía ningún edificio habitado pero sí dos edificios deshabitados. Estaba situado en la 6ª demarcación o también llamada Las Afueras de Tenoya.

En 1930 había cuatro distritos y esta zona pertenecía al Distrito 3 que le correspondía Tenoya, Asestadero, Lomo de San Pedro y Casa Ayala y dentro de esta última estaban: Cangas de Abajo, Cañada de los Lagartos, Cañada Honda, Cortijo de Casa Ayala, Arévalo, El Espigón, El Hediondo, Hoya de la Palma, Lomo de el Rincón, El Rincón, Risco Quio, Costa de Casa Ayala, Llano del mar y Llano de Las Mozas. Vemos que todavía Los Giles no era un lugar poblado y era simplemente un lugar de paso y es por ello que no se le menciona entre los lugares con población.

Los Giles podría recibir, por méritos propios, el nombre de la Zona de las Grandes Vistas. En cuanto a Los Giles, el topónimo actual reciente y debe su nombre a la Familia Gil, poseedores de tierras en esta zona. Vamos a ir aportando diferentes datos de lugares emblemáticos de esta hermosa zona.

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Pared de barro que contenía las aguas de la Presa de Los Giles. Fotografía del autor del trabajo.


En la anterior fotografía se puede observar una vista de la Presa de los Giles o también conocida por la Presa de Manuel Batista, apodado como el Cabozo. Era una presa de barro y esa pared final, que podemos apreciar, tenía en su momento mucha más altura, ocupando sus aguas, en buenas épocas, una gran extensión de terreno, unos 50 metros de largo, llegando las aguas a superar lo que actualmente ocupa el invernadero situado en su cauce. Los más ancianos recuerdan verla repleta de agua. La presa está situada entre Los Giles y Ladera Alta y la finca de su poseedor se encontraba a continuación, una vez pasado el muro de contención.

Los estanques y acequias son una constante en el paisaje de casi toda la Jurisdicción de San Lorenzo, aunque muchos de ellos, de forma triste e interesada, han ido desapareciendo, siendo esta zona de Los Giles y alrededores la que aún hoy conserva gran parte de lo que en otros momentos de la historia fueron una de sus característica más importantes. Los extensos campos de cultivo eran regados con las aguas de los “tanques” como les conocíamos en los tiempos de la niñez y nos comentan los más veteranos del lugar que los estanques de esta zona surtían sus aguas, que venían desde Tenoya, a Las Rehoyas, lo que actualmente sería Escaleritas y Schamann, entre otras. El recorrido de las aguas se hacía hasta Las Perreras y de allí seguía hacia las zonas bajas y del sur. Según las personas consultadas, destacando las aportaciones de Domingo Valencia Armas, en esta zona se pueden ver varios estanques y el más antiguo fue construido por Pepe Ramos. Luego las tierras fueron pasando a las manos de los Betancores. Además del viejo estanque de Pepe Ramos, los Betancores construyeron otros, pudiéndose disfrutar aún hoy de los dos cercanos. Todos ellos construidos en la zona de unión entre Los Giles y Ladera Alta, el primero en la ladera del norte y los otros dos en la que da al sur.

Desde la zona que está entre Los Giles y Ladera Alta, por el lado opuesto a la Presa se encuentra el Camino de los Lisos, utilizado hasta los años cincuenta, a pesar de lo peligroso de su trazado en algunos de sus tramos. Iba a llegar a Chile a través de un último tramo que llamaban de La Degollada, a la altura de lo que actualmente ocupa las instalaciones del Agua Firgas.

Los primeros tramos del Camino, en la zona que se encuentra entre Los Giles y Ladera Alta se han perdido debido a las roturaciones del terreno pero desde lo lejos se puede ver el camino, entre la flora autóctona, y a lo lejos el peligroso paso por encima de la oscura muralla volcánica de El Rincón y al fondo la entrada a la mencionada Degollada.

Los Giles es una zona muy relacionada con la Guerra Civil, otro de los aspectos a destacar en este entorno, y aquí se asesinó y torturó, según veremos. La Guerra Civil no entendió de comprensión y respeto a las diferencias, esos valores que hoy tanto nos aportan, y se utilizaron los más bárbaros modos de terminar con el vecino que nos molestaba, con aquel que cortejaba a la mujer que otros deseaban, los temas de rencillas por herencias, los problemas que generaban las posesiones de tierras o aguas, cualquier cosa podía hacer que se convirtiera en una sentencia de muerte. Entre los hechos más tristes de la historia del lugar de Los Giles estaría el asesinato de Antonio José Mendoza Santana, sucedido entre los primero días del alzamiento militar y el año 1937. Su cuerpo, sin vida, fue encontrado una mañana con varios disparos en la espalda. Se dice que fue detenido por falangistas y conducido a Los Giles en un coche, junto a otros militantes de izquierda retenidos. Pararon el vehículo y se le ordenó que se bajara y se fuera, disparándole por la espalda cuando lo hacía.

Antonio José Mendoza Santana era un joven de ideas políticas de izquierda, que destacaba por ser un hombre muy pacífico y hogareño. Los que le conocieron le definen como “Muy buena persona”. Trabajaba en una empresa de carbón, en el Puerto de La Luz, y era casado con una joven de Casa Ayala.

Los historiadores vamos guardando datos y luego, con el paso de los años, se relacionan con nuevas investigaciones, uniendo lo que parecía un puzzle sin solución posible. ¿A qué viene ésto? La respuesta está en una entrevista que hice el día 26 de diciembre del año 1995, a D. Pedro González Cabrera, desgraciadamente ya fallecido, hermano del Alcalde que firmó la anexión de San Lorenzo a Las Palmas de Gran Canaria. Me decía que había conocido a dos personajes siniestros. En relación a uno de ellos me comentó que “poseía un carácter terrible, mala persona” y que los dos habían matado a un republicano en un barranco, en la zona de Los Giles. ¡Qué curioso! ¿Podría tratarse de los ejecutores de Antonio José Mendoza Santana? Posiblemente hayamos encontrado el hilo conductor de aquella lamentable e injusta muerte. Así se escribe la historia y como es de justicia, los crímenes y vilezas no pueden ocultarse eternamente.

Domingo Valencia Armas me acompañó al lugar en donde fue encontrado el cuerpo sin vida de Antonio José Mendoza Santana. Su caminar era firme pero su vista se perdió, por momentos, en el horizonte, quizá buscando una explicación a tanto horror y dolor. Me dijo que este recordar no le hacía daño, que lo hacía gustoso porque le servía para denunciar tanta atrocidad y sobre todo para sentirse mejor consigo mismo y más útil con los demás.

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Domingo Valencia Armas en el lugar en donde fue encontrado el cuerpo sin vida de Antonio José Mendoza Santana. Fotografía del autor del trabajo.


En Los Giles también se llevaron a cabo torturas, recuperadas para la Memoria Histórica, explicadas sin rencor y con un gran realismo, a través del relato y el recuerdo sobre el mismo lugar en que sucedieron los hechos, en boca de un niño que las sufrió. Domingo Valencia Armas recorrió a pie la larga distancia que nos separaba de la casa de Los Giles en la que recibió diferentes vejaciones y torturas que hicieron sufrir y llorar a los que las padecieron, tanto que los pies maltratados por los culatazos de los mosquetones, aún hoy, y a pesar de que han pasado 71 años, siguen intentando apartarse para evitar los dolorosos golpes que aquel niño recibió por ser de ideas de izquierda y comunista convencido.

En aquellos, ya lejanos, días del mes de julio de 1936 el niño, que en aquel entonces tenía tan sólo 15 años, no comprendía que la guardia civil y falanges que les acompañaban a él y a Manuel Henríquez Ruiz, otro vecino y militante comunista de Casa Ayala, les comentaran, después de disparar a un conejo que se les cruzó en su camino y acertar en su propósito, “Lo mismo les vamos a hacer a ustedes”. En esta ocasión Domingo, con tristeza, manifestaba: “¿Cómo es posible que se le pudiera decir aquello a un niño de de tan sólo 15 años?”. Aquellos hechos sucedían en el camino que ahora estábamos recorriendo y nos llevaba a la casa de Los Giles, que pertenecía a Pepe Ramos, y se utilizaba para separar los tomates que se cogían en aquellas tierras. Los tomates que no eran aptos para el empaquetado servían de alfombra roja, ¡que curiosidad!, al paso de los torturadores y sus torturados. La actividad económica en esta zona de Los Giles en el siglo XX fue muy intensa. Los tomateros eran una señal clara de la identidad de este lugar y también de la sangre derramada en este entorno por gente que no respetó la libertad de opinión.

Nos decía Domingo Valencia que al solitario lugar llegaron en un coche, siendo los acompañantes de trayecto un teniente de la guardia civil y dos números, además de otro siniestro personaje que recuerda como un ejemplo de violencia incontrolada. Triste pero esclarecedora historia contada por D. Domingo Valencia Armas.

Hemos podido apreciar como el topónimo de este lugar ha ido cambiando a lo largo del tiempo, quiénes han sido algunos de sus propietarios, cómo su territorio servía de paso obligado que conectaba San Lorenzo y Tamaraceite con Casa Ayala, su rico e interesante patrimonio arqueológico y natural y su historia diferenciada y como ha ido creciendo la población de la que formamos parte. Pienso que es un entorno que tiene muchas posibilidades económicas, sobre todo energéticas, y creo que este trabajo sólo es el comienzo de otros que harán que nuestra historia siga enriqueciéndose con nuevas aportaciones. No olvidemos la importancia de conservar el rico patrimonio que nos rodea porque será una forma de no repetir viejos errores y que las nuevas generaciones se sientan identificadas con este maravilloso entorno. De corazón les deseo unas felices y entrañables fiestas 2010. Un fortísimo abrazo a todas y todos y muchísimas gracias por darme la oportunidad de ser el pregonero de un lugar tan ligado a mi niñez y adolescencia porque desde mi casa tenía el privilegio, en todo momento, de disfrutar de este hermoso paisaje y de caminar por sus alrededores.

Juan Francisco Santana Domínguez

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Comentarios   

+1 #1 Justo 15-11-2010 09:32
Me he quedado asombrado porque un lugar tan pequeño tenga tanta historia. Este hombre esta llevando a los pueblos un trabajo que no tiene precio. Gracias
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