Siempre pensé que, en cierto modo, la militancia política me quitaba mi propia voz, mi independencia de pensamiento y actuación. Eso no quiere decir que yo piense que no sea necesaria la clase política pero creo que la verdadera militancia es aquella que supone el darse a los demás y en pro del bien común, cosa que no todos ponen en práctica. Nadie puede decir que no milito activamente para ocultar mis ideas porque siempre han estado muy claras en mi discurso. Tampoco puedo decir que nunca voy a tener militancia de partido porque no lo sé aunque lo dudo muchísimo a estas alturas de mi vida y además no se me apetece. Siempre creí que mi raciocinio me llevaría siempre a ejercer el derecho de opinión libremente y no sesgada o mediatizada por el partido o por la sumisión interesada y hasta ahora lo he puesto en práctica siempre y en todo momento. He opinado y hablado, tanto en público como en privado, sin tener en cuenta las presiones y los intereses de tipo personal y no he estado sujeto a sumisiones ni favores porque mi libertad de opinión y de acción me lo ha permitido.
Esta es nuestra bandera y este es nuestro territorio
Hoy, después de muchos años de trabajo en el tema del Municipio de San Lorenzo, defendiendo las tesis de la verdad histórica que amparan a este Municipio veo cómo a muchos no les gusta oír esa verdad y prefieren dejar que el tiempo transcurra a su favor e intentan acallar, a base de vetos enmascarados e injustos, la historia que nunca nos contaron. Me dicen que determinadas personas me tachan de visceral y radical y desde el sentimiento de un convencido demócrata les he de decir que si radical significa defender la verdad histórica y la legalidad, de forma indiscutible, soy radical y lo contrario sería servilismo, pasividad, apatía, interés y docilidad. De forma tajante no soy nada de ello porque no me ata ningún tipo de interés político o económico salvo, después de descubrir tantas y tantas artimañas de aquellos políticos de la Capital, desenmascarar la mentira histórica y dar a conocer los sucesos que tuvieron lugar a lo largo del tiempo en este territorio y el enorme deseo de recobrar nuestro Municipio de San Lorenzo. Les diré que no me van a silenciar las medallas y los reconocimientos, tampoco los premios y la adulación y mucho menos ningún otro tipo de ofrecimientos porque, por suerte, hago lo que me gusta y logro el sustento de los míos con ello. No soy nadie para criticar a aquellos que se han doblegado y no quieren saber nada de la verdad histórica y tampoco quiero, y no voy a hacerlo nunca, de erigirme en verdugo o acusador de aquellos y aquellas que llevaron a cabo barbaridades amparados por el momento histórico que les tocó vivir. Simplemente he querido sacar a la luz unos nombres y unos hechos desconocidos para que los que no pudieron hacerlo puedan tener voz y para que las nuevas generaciones sepan cuanto aconteció y se puedan posicionar ante determinados hechos y, por ende, tengan la posibilidad de ser lo más justos posibles y reivindicativos y no permisivos.
Esta es nuestra bandera y este es nuestro territorio
Hoy, después de muchos años de trabajo en el tema del Municipio de San Lorenzo, defendiendo las tesis de la verdad histórica que amparan a este Municipio veo cómo a muchos no les gusta oír esa verdad y prefieren dejar que el tiempo transcurra a su favor e intentan acallar, a base de vetos enmascarados e injustos, la historia que nunca nos contaron. Me dicen que determinadas personas me tachan de visceral y radical y desde el sentimiento de un convencido demócrata les he de decir que si radical significa defender la verdad histórica y la legalidad, de forma indiscutible, soy radical y lo contrario sería servilismo, pasividad, apatía, interés y docilidad. De forma tajante no soy nada de ello porque no me ata ningún tipo de interés político o económico salvo, después de descubrir tantas y tantas artimañas de aquellos políticos de la Capital, desenmascarar la mentira histórica y dar a conocer los sucesos que tuvieron lugar a lo largo del tiempo en este territorio y el enorme deseo de recobrar nuestro Municipio de San Lorenzo. Les diré que no me van a silenciar las medallas y los reconocimientos, tampoco los premios y la adulación y mucho menos ningún otro tipo de ofrecimientos porque, por suerte, hago lo que me gusta y logro el sustento de los míos con ello. No soy nadie para criticar a aquellos que se han doblegado y no quieren saber nada de la verdad histórica y tampoco quiero, y no voy a hacerlo nunca, de erigirme en verdugo o acusador de aquellos y aquellas que llevaron a cabo barbaridades amparados por el momento histórico que les tocó vivir. Simplemente he querido sacar a la luz unos nombres y unos hechos desconocidos para que los que no pudieron hacerlo puedan tener voz y para que las nuevas generaciones sepan cuanto aconteció y se puedan posicionar ante determinados hechos y, por ende, tengan la posibilidad de ser lo más justos posibles y reivindicativos y no permisivos.
Desde muy joven abracé una determinada posición ideológica, que en un principio se acercaba a la representada por los ácratas aunque siempre me dije que era un sentimiento que sólo se podía poner en práctica en mi fuero más interno y no a nivel social porque el no gobernar genera caos y no podemos movernos en el caos que supone la falta de autoridad y de justicia. Luego mi ideología ha sido la del respeto a la labor bien hecha desde una postura de libertad y eminentemente social y solidaria y con el lema, que siempre debemos poner en práctica, cual es el gran valor del respeto a las diferencias de cualquier índole porque es la única manera de seguir creciendo como seres humanos. Las buenas ideas son interesantes siempre, vengan de donde vengan, y no podemos desecharlas simplemente porque sean otros las que las hayan puesto en práctica.
Desde mi punto de vista he tratado, a través de la investigación metódica y apoyada siempre en la documentación, exponer la verdad histórica que está por arriba de cualquier tipo de interés personal y/o colectivo y es por ello que jamás cederé ante cobardes e interesadas presiones porque por arriba de todo ello está el sentirte bien contigo mismo y el sentir que has hecho lo que debías con los posibles y seguros errores que como ser humano poseo y es por ello que reivindico cada día mi derecho a equivocarme pero también a seguir denunciando las atrocidades y las posiciones interesadas porque no se puede andar entre dos aguas, en quedar bien con todos y ello no quiere decir que considere enemigos a los que no piensen como yo pero critico el ejercicio de la mezquindad y el del poder equivocado que todo lo puede. Ser contrario a los intereses de la mayoría o ser considerado un iluso o un utópico no significa que se esté equivocado porque, en este caso, la verdad ha sido ocultada y enmascarada en pro de los intereses que llevaron a una anexión injusta, ilegal y, hoy en día, anacrónica unión a la fuerza y saltándose los derechos que amparan a un municipio soberano. Una Capital no puede aspirar a grandes retos futuros, que todos deseamos, porque primero debe afrontar lo que ha ocultado durante tanto tiempo. No se puede crecer pisoteando los derechos de un Municipio y los de toda una población vecina utilizando las más viles estrategias y aprovechando un gobierno que nadie eligió y fue impuesto por la fuerza de las armas.
Lo que ha sido ilegal, lo que ha sido robado, lo que ha sido silenciado con la sangre se debe devolver, de forma razonable y razonada, y no seguir defendiendo unos intereses que tarde o temprano van a ser descubiertos porque la mentira interesada no puede ser ocultada eternamente.
La historia no es escuchar o leer lo que queremos y sí un ejercicio moral y de verdad y es por ello que determinadas personas deben comprender que no soy un novelista ni tampoco un actor o un cómico. No he trabajado y publicado para que a todos y a todas les gusten y compartan los resultados de más de veinte años de dedicación y sí para sacar a la luz la verdad histórica, aunque a algunos les moleste, y para denunciar las atrocidades cometidas con todo un Pueblo y con unas personas que perdieron sus vidas en pro de la defensa de la democracia, de su municipio y de una sociedad más justa y solidaria. Me siento muy orgulloso de haberlo hecho a pesar de que, de momento, sólo forme parte de la voz de una minoría, que ha ido creciendo y creciendo, y que en el futuro y con más información veraz pudiera pasar a ser mucho más numerosa. No ha sido fácil pero si gratificante militar en el lado de los que la mayoría y los que ostentan el poder consideran perdedores aunque en nuestros corazones siempre nos hemos considerado vencedores porque abrazamos la verdad, la legalidad y también el apoyo de los que nunca han podido hablar y de los que se han ido sin quererlo antes de tiempo.
Mi intención es la de reflexionar en voz alta y desde el principio de humildad, que creo que me caracteriza, y el del respeto que profeso a cualquier ser humano que haga magisterio con su trabajo y dedicación. Quiero expresar de forma clara y categórica que soy radical porque denuncio opresiones, a un intruso, a políticos que no son demócratas, a la barbaridad amparada en el poder del miedo y el de la sangre y, sencillamente, quiero recuperar la verdad histórica y reprobar la opresión y decir que el servilismo interesado y los lamedores de prebendas serán cuestionados, y no pienso formar parte de los cuestionadores, en el futuro, cuando el Municipio de San Lorenzo recobre el estatus que nunca debió de perder. Prefiero ser radical y no ser sumiso y consentidor.
Desde mi punto de vista he tratado, a través de la investigación metódica y apoyada siempre en la documentación, exponer la verdad histórica que está por arriba de cualquier tipo de interés personal y/o colectivo y es por ello que jamás cederé ante cobardes e interesadas presiones porque por arriba de todo ello está el sentirte bien contigo mismo y el sentir que has hecho lo que debías con los posibles y seguros errores que como ser humano poseo y es por ello que reivindico cada día mi derecho a equivocarme pero también a seguir denunciando las atrocidades y las posiciones interesadas porque no se puede andar entre dos aguas, en quedar bien con todos y ello no quiere decir que considere enemigos a los que no piensen como yo pero critico el ejercicio de la mezquindad y el del poder equivocado que todo lo puede. Ser contrario a los intereses de la mayoría o ser considerado un iluso o un utópico no significa que se esté equivocado porque, en este caso, la verdad ha sido ocultada y enmascarada en pro de los intereses que llevaron a una anexión injusta, ilegal y, hoy en día, anacrónica unión a la fuerza y saltándose los derechos que amparan a un municipio soberano. Una Capital no puede aspirar a grandes retos futuros, que todos deseamos, porque primero debe afrontar lo que ha ocultado durante tanto tiempo. No se puede crecer pisoteando los derechos de un Municipio y los de toda una población vecina utilizando las más viles estrategias y aprovechando un gobierno que nadie eligió y fue impuesto por la fuerza de las armas.
Lo que ha sido ilegal, lo que ha sido robado, lo que ha sido silenciado con la sangre se debe devolver, de forma razonable y razonada, y no seguir defendiendo unos intereses que tarde o temprano van a ser descubiertos porque la mentira interesada no puede ser ocultada eternamente.
La historia no es escuchar o leer lo que queremos y sí un ejercicio moral y de verdad y es por ello que determinadas personas deben comprender que no soy un novelista ni tampoco un actor o un cómico. No he trabajado y publicado para que a todos y a todas les gusten y compartan los resultados de más de veinte años de dedicación y sí para sacar a la luz la verdad histórica, aunque a algunos les moleste, y para denunciar las atrocidades cometidas con todo un Pueblo y con unas personas que perdieron sus vidas en pro de la defensa de la democracia, de su municipio y de una sociedad más justa y solidaria. Me siento muy orgulloso de haberlo hecho a pesar de que, de momento, sólo forme parte de la voz de una minoría, que ha ido creciendo y creciendo, y que en el futuro y con más información veraz pudiera pasar a ser mucho más numerosa. No ha sido fácil pero si gratificante militar en el lado de los que la mayoría y los que ostentan el poder consideran perdedores aunque en nuestros corazones siempre nos hemos considerado vencedores porque abrazamos la verdad, la legalidad y también el apoyo de los que nunca han podido hablar y de los que se han ido sin quererlo antes de tiempo.
Mi intención es la de reflexionar en voz alta y desde el principio de humildad, que creo que me caracteriza, y el del respeto que profeso a cualquier ser humano que haga magisterio con su trabajo y dedicación. Quiero expresar de forma clara y categórica que soy radical porque denuncio opresiones, a un intruso, a políticos que no son demócratas, a la barbaridad amparada en el poder del miedo y el de la sangre y, sencillamente, quiero recuperar la verdad histórica y reprobar la opresión y decir que el servilismo interesado y los lamedores de prebendas serán cuestionados, y no pienso formar parte de los cuestionadores, en el futuro, cuando el Municipio de San Lorenzo recobre el estatus que nunca debió de perder. Prefiero ser radical y no ser sumiso y consentidor.
Juan Francisco Santana Domínguez
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