Será objeto de un nuevo libro pero la obra de Juan Francisco Santana Domínguez pasa por la historia preciosa, la de la casa de los muertos, una especie de tanatorio que servía de salón de plenos del Ayuntamiento de San Lorenzo, y que se encuentra en una de las calles principales del pago.
La casa de los muertos era una vivienda parroquial que tenía la Iglesia en el municipio. Hasta allí llevaban los vecinos más pobres a sus difuntos para que fueran velados. Había siempre una caja de madera en la que se depositaba el muerto y conla que era trasladado hasta el cementerio. Luego, después de ser enterrado, la caja volvía a la casa de muertos a la espera del siguiente ocupante.
En ese mismo lugar, explica Juan Francisco Santana, se reunían los concejos municipales desde 1634 -aunque oficialmente no existe la figura del secretario municipal o fiel de fechos hasta 1681, cuando la parroquia se independiza de la Catedral. "Cuando venía un muerto, la corporación levantaba la sesión, abandonaba la casa de muertos y se iba a la casa del cura, a la plaza o a la iglesia", prosigue el historiador.
La casa de los muertos acaba de ser incluida en la carta etnográfica de la Fundación de Etnografía y Desarrollo de la Artesanía Canaria (Fedac) del Cabildo de Gran Canaria y ya está considerada como bien etnográfico.
En San Lorenzo se quiere ahora "blindar" el resto de edificios que sirvieron de sede al Ayuntamiento de San Lorenzo. Al menos otros cinco inmuebles cumplieron esta función. El último de ellos fue el Salón Dorado de Tamaraceite, en o que hoy se conoce como la Casa de la Cultura y donde se celebran las juntas del distrito.
La casa de los muertos era una vivienda parroquial que tenía la Iglesia en el municipio. Hasta allí llevaban los vecinos más pobres a sus difuntos para que fueran velados. Había siempre una caja de madera en la que se depositaba el muerto y conla que era trasladado hasta el cementerio. Luego, después de ser enterrado, la caja volvía a la casa de muertos a la espera del siguiente ocupante.
En ese mismo lugar, explica Juan Francisco Santana, se reunían los concejos municipales desde 1634 -aunque oficialmente no existe la figura del secretario municipal o fiel de fechos hasta 1681, cuando la parroquia se independiza de la Catedral. "Cuando venía un muerto, la corporación levantaba la sesión, abandonaba la casa de muertos y se iba a la casa del cura, a la plaza o a la iglesia", prosigue el historiador.
La casa de los muertos acaba de ser incluida en la carta etnográfica de la Fundación de Etnografía y Desarrollo de la Artesanía Canaria (Fedac) del Cabildo de Gran Canaria y ya está considerada como bien etnográfico.
En San Lorenzo se quiere ahora "blindar" el resto de edificios que sirvieron de sede al Ayuntamiento de San Lorenzo. Al menos otros cinco inmuebles cumplieron esta función. El último de ellos fue el Salón Dorado de Tamaraceite, en o que hoy se conoce como la Casa de la Cultura y donde se celebran las juntas del distrito.
J. Darriba - Las Palmas de Gran Canaria
Canarias 7 - Miércoles 25 de abril de 2007
Canarias 7 - Miércoles 25 de abril de 2007